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Los Obsidianos
Morgan Rice
В«Un poderoso primer libro de una serie mostrarГЎ una combinaciГіn de protagonistas enГ©rgicos y circunstancias desafiantes para involucrar plenamente no solo a los jГіvenes adultos, sino a los adultos aficionados a la fantasГa que buscan historias Г©picas avivadas por poderosas amistades y adversariosВ».-- Midwest Book Review (Diane Donovan) (re Un trono para las hermanas)«¡La imaginaciГіn de Morgan Rice no tiene lГmites!В» --Books and Movie Reviews (re Un trono par alas hermanas)De la autora de fantasГa #1 en ventas Morgan Rice llega una nueva serie para jГіvenes lectores -ВЎy tambiГ©n para adultos! Los fans de Harry Potter y Percy Jackson ВЎno busquГ©is mГЎs!En LOS OBSIDIANOS: OLIVER BLUE Y LA ESCUELA DE VIDENTES (LIBRO TRES), Oliver Blue, de 11 aГ±os, se encuentra de nuevo en la carrera de su vida. Su querida amiga Ester estГЎ muriendo de la enfermedad del viaje en el tiempo, y la Гєnica manera de salvarla es arriesgar su vida y viajar atrГЎs en el tiempo una vez mГЎs.Esta vez, es a la Italia de los aГ±os 1400, para visitar a dos personas muy importantes: Leonardo Da Vinci y su rival, Michelangelo. Solo los inventos de Leonardo tienen la respuesta; y solo los cuadros de Michelangelo tienen la clave.Pero los Obsidianos estГЎn empeГ±ados en vengarse y Chris estГЎ decidido a no parar hasta acabar con su hermano pequeГ±o.Una novela de fantasГa inspiradora, LOS OBSIDIANOS es el libro#3 en una nueva y fascinante serie llena de magia, amor, humor, desamor, tragedia, destino y una serie de giros sorprendentes. HarГЎ que te enamores de Oliver Blue y no podrГЎs ir a dormir hasta tarde.ВЎEl Libro#4 de la serie pronto estarГЎ disponible!В«El principio de algo extraordinario estГЎ aquГВ».--San Francisco Book Review (re La senda de los hГ©roes)
LOS O B S I D I A N O S
(OLIVER BLUE Y LA ESCUELA DE VIDENTES—LIBRO TRES)
MORGAN RICE
Morgan Rice
Morgan Rice tiene el #1 en Г©xito de ventas como el autor mГЎs exitoso de USA Today con la serie de fantasГa Г©pica EL ANILLO DEL HECHICERO, compuesta de diecisiete libros; de la serie #1 en ventas EL DIARIO DEL VAMPIRO, compuesta de doce libros; de la serie #1 en ventas LA TRILOGГЌA DE SUPERVIVENCIA, novela de suspense post-apocalГptica compuesta de tres libros; de la serie de fantasГa Г©pica REYES Y HECHICEROS, compuesta de seis libros; y de la nueva serie de fantasГa Г©pica DE CORONAS Y GLORIA. Los libros de Morgan estГЎn disponibles en audio y ediciones impresas y las traducciones estГЎn disponibles en mГЎs de 25 idiomas.
A Morgan le encanta escucharte, asГ que, por favor, visita www.morganrice.books (http://www.morganrice.books/) para unirte a la lista de correo, recibir un libro gratuito, recibir regalos, descargar la app gratuita, conocer las Гєltimas noticias, conectarte con Facebook o Twitter ВЎy seguirla de cerca!
Algunas opiniones sobre Morgan Rice
В«Si pensaba que no quedaba una razГіn para vivir tras el final de la serie EL ANILLO DEL HECHICERO, se equivocaba. En EL DESPERTAR DE LOS DRAGONES Morgan Rice consigue lo que promete ser otra magnГfica serie, que nos sumerge en una fantasГa de trols y dragones, de valentГa, honor, coraje, magia y fe en el destino. Morgan ha conseguido de nuevo producir un conjunto de personajes que nos gustarГЎn mГЎs a cada pГЎgina… Recomendado para la biblioteca habitual de todos los lectores que disfrutan de una novela de fantasГa bien escritaВ».
--Books and Movie Reviews
Roberto Mattos
В«Una novela de fantasГa llena de acciГіn que seguro satisfarГЎ a los fans de las anteriores novelas de Morgan Rice, ademГЎs de a los fans de obras como EL CICLO DEL LEGADO de Christopher Paolini… Los fans de la FicciГіn para JГіvenes Adultos devorarГЎn la obra mГЎs reciente de Rice y pedirГЎn mГЎsВ».
--The Wanderer, A Literary Journal (sobre El despertar de los dragones)
В«Una animada fantasГa que entrelaza elementos de misterio e intriga en su trama. La senda de los hГ©roes trata sobre la forja del valor y la realizaciГіn de un propГіsito en la vida que lleva al crecimiento, a la madurez, a la excelencia… Para aquellos que buscan aventuras fantГЎsticas sustanciosas, los protagonistas, las estrategias y la acciГіn proporcionan un fuerte conjunto de encuentros que se centran en la evoluciГіn de Thor desde que era un niГ±o soГ±ador hasta convertirse en un joven adulto que se enfrenta a probabilidades de supervivencia imposibles… Solo el comienzo de lo que promete ser una serie Г©pica para jГіvenes adultosВ».
--Midwest Book Review (D. Donovan, eBook Reviewer)
В«EL ANILLO DEL HECHICERO tiene todos los ingredientes para ser un Г©xito inmediato: conspiraciones, tramas, misterio, caballeros valientes e incipientes relaciones repletas de corazones rotos, engaГ±o y traiciГіn. Lo entretendrГЎ durante horas y satisfarГЎ a personas de todas las edades. Recomendado para la biblioteca habitual de todos los lectores del gГ©nero fantГЎsticoВ».
-Books and Movie Reviews, Roberto Mattos
В«En este primer libro lleno de acciГіn de la serie de fantasГa Г©pica El anillo del hechicero (que actualmente cuenta con 14 libros), Rice presenta a los lectores al joven de 14 aГ±os Thorgrin “Thor” McLeod, cuyo sueГ±o es alistarse en la LegiГіn de los Plateados, los caballeros de Г©lite que sirven al rey… La escritura de Rice es de buena calidad y el argumento intriganteВ».
--Publishers Weekly
Libros de Morgan Rice
OLIVER BLUE Y LA ESCUELA DE VIDENTES
LA FГЃBRICA MГЃGICA (Libro #1)
LA ESFERA DE KANDRA (Libro #2)
LOS OBSIDIANOS (Libro #3)
EL CETRO DE FUEGO (Libro #4)
LAS CRГ“NICAS DE LA INVASIГ“N
TRANSMISIГ“N (Libro #1)
LLEGADA (Libro #2)
ASCENSO (Libro #3)
EL CAMINO DEL ACERO
SOLO LOS DIGNOS (Libro #1)
SOLO LOS VALIENTES (Libro #2)
UN TRONO PARA LAS HERMANAS
UN TRONO PARA LAS HERMANAS (Libro #1)
UNA CORTE PARA LOS LADRONES (Libro #2)
UNA CANCIÓN PARA LOS HUÉRFANOS (Libro #3)
UN CANTO FГљNEBRE PARA LOS PRГЌNCIPES (Libro #4)
UNA JOYA PARA LA REALEZA (Libro #5)
UN BESO PARA LAS REINAS (Libro #6)
UNA CORONA PARA LAS ASESINAS (Libro #7)
DE CORONAS Y GLORIA
ESCLAVA, GUERRERA, REINA (Libro #1)
CANALLA, PRISIONERA, PRINCESA (Libro #2)
CABALLERO, HEREDERO, PRГЌNCIPE (Libro #3)
REBELDE, POBRE, REY (Libro #4)
SOLDADO, HERMANO, HECHICERO (Libro #5)
HÉROE, TRAIDORA, HIJA (Libro #6)
GOBERNANTE, RIVAL, EXILIADO (Libro #7)
VENCEDOR, DERROTADO, HIJO (Libro #8)
REYES Y HECHICEROS
EL DESPERTAR DE LOS DRAGONES (Libro #1)
EL DESPERTAR DEL VALIENTE (Libro #2)
EL PESO DEL HONOR (Libro #3)
UNA FORJA DE VALOR (Libro #4)
UN REINO DE SOMBRAS (Libro #5)
LA NOCHE DEL VALIENTE (Libro #6)
EL ANILLO DEL HECHICERO
LA SENDA DE LOS HÉROES (Libro #1)
LA MARCHA DE LOS REYES (Libro #2)
EL DESTINO DE LOS DRAGONES (Libro #3)
UN GRITO DE HONOR (Libro #4)
UN VOTO DE GLORIA (Libro #5)
UNA CARGA DE VALOR (Libro #6)
UN RITO DE ESPADAS (Libro #7)
UNA SUBVENCIГ“N DE ARMAS (Libro #8)
UN CIELO DE HECHIZOS (Libro #9)
UN MAR DE ARMADURAS (Libro #10)
UN REINO DE HIERRO (Libro #11)
UNA TIERRA DE FUEGO (Libro #12)
UN MANDATO DE REINAS (Libro #13)
UNA PROMESA DE HERMANOS (Libro #14)
UN SUEГ‘O DE MORTALES (Libro #15)
UNA JUSTA DE CABALLEROS (Libro #16)
EL DON DE LA BATALLA (Libro #17)
LA TRILOGГЌA DE SUPERVIVENCIA
ARENA UNO: TRATANTES DE ESCLAVOS (Libro #1)
ARENA DOS (Libro #2)
ARENA TRES (Libro #3)
LA CAГЌDA DE LOS VAMPIROS
ANTES DEL AMANECER (Libro #1)
EL DIARIO DEL VAMPIRO
TRANSFORMACIГ“N (Libro #1)
AMORES (Libro #2)
TRAICIONADA (Libro #3)
DESTINADA (Libro #4)
DESEADA (Libro #5)
COMPROMETIDA (Libro #6)
JURADA (Libro #7)
ENCONTRADA (Libro #8)
RESUCITADA (Libro #9)
ANSIADA (Libro #10)
CONDENADA (Libro #11)
OBSESIONADA (Libro #12)
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Derechos Reservados В© 2018 por Morgan Rice. Todos los derechos reservados. A excepciГіn de lo permitido por la Ley de Derechos de Autor de EE.UU. de 1976, ninguna parte de esta publicaciГіn puede ser reproducida, distribuida o transmitida en forma o medio alguno ni almacenada en una base de datos o sistema de recuperaciГіn de informaciГіn, sin la autorizaciГіn previa de la autora. Este libro electrГіnico estГЎ disponible solamente para su disfrute personal. Este libro electrГіnico no puede ser revendido ni regalado a otras personas. Si desea compartir este libro con otra persona, tiene que adquirir un ejemplar adicional para cada uno. Si estГЎ leyendo este libro y no lo ha comprado, o no lo comprГі solamente para su uso, por favor devuГ©lvalo y adquiera su propio ejemplar. Gracias por respetar el arduo trabajo de esta escritora. Esta es una obra de ficciГіn. Los nombres, personajes, empresas, organizaciones, lugares, eventos e incidentes, son producto de la imaginaciГіn de la autora o se utilizan de manera ficticia. Cualquier semejanza con personas reales, vivas o muertas, es totalmente una coincidencia. Imagen de la cubierta Copyright DreamcatcherDiana, usado bajo licencia de Shutterstock.com.
ГЌNDICE
CAPГЌTULO UNO (#u50c3a0b0-bee0-5b59-b2ce-ddd6d7acb041)
CAPГЌTULO DOS (#u6fe85f62-f352-55fe-b3e5-2d8a8227ac4c)
CAPГЌTULO TRES (#u2bea01a1-f661-5bb9-948e-eeefe4e20e25)
CAPГЌTULO CUATRO (#uef9a4f3f-e2d7-5747-a0b8-9e545fa3cbef)
CAPГЌTULO CINCO (#u0128a679-ab59-5305-8d9d-d8f0bf674be4)
CAPГЌTULO SEIS (#ubbf8f17b-6494-58c0-b6ea-99de0e3e7ab0)
CAPГЌTULO SIETE (#u734222c3-530d-5128-a3aa-4fcabba6d2a7)
CAPГЌTULO OCHO (#litres_trial_promo)
CAPГЌTULO NUEVE (#litres_trial_promo)
CAPГЌTULO DIEZ (#litres_trial_promo)
CAPГЌTULO ONCE (#litres_trial_promo)
CAPГЌTULO DOCE (#litres_trial_promo)
CAPГЌTULO TRECE (#litres_trial_promo)
CAPГЌTULO CATORCE (#litres_trial_promo)
CAPГЌTULO QUINCE (#litres_trial_promo)
CAPÍTULO DIECISÉIS (#litres_trial_promo)
CAPГЌTULO DIECISIETE (#litres_trial_promo)
CAPГЌTULO DIECIOCHO (#litres_trial_promo)
CAPГЌTULO DIECINUEVE (#litres_trial_promo)
CAPГЌTULO VEINTE (#litres_trial_promo)
CAPГЌTULO VEINTIUNO (#litres_trial_promo)
CAPГЌTULO VEINTIDГ“S (#litres_trial_promo)
CAPÍTULO VEINTITRÉS (#litres_trial_promo)
CAPГЌTULO VEINTICUATRO (#litres_trial_promo)
CAPГЌTULO VEINTICINCO (#litres_trial_promo)
CAPÍTULO VEINTISÉIS (#litres_trial_promo)
CAPГЌTULO VEINTISIETE (#litres_trial_promo)
CAPГЌTULO VEINTIOCHO (#litres_trial_promo)
CAPГЌTULO VEINTINUEVE (#litres_trial_promo)
CAPГЌTULO TREINTA (#litres_trial_promo)
CAPГЌTULO TREINTA Y UNO (#litres_trial_promo)
CAPГЌTULO TREINTA Y DOS (#litres_trial_promo)
CAPГЌTULO TREINTA Y TRES (#litres_trial_promo)
CAPГЌTULO TREINTA Y CUATRO (#litres_trial_promo)
CAPГЌTULO TREINTA Y CINCO (#litres_trial_promo)
CAPГЌTULO TREINTA Y SEIS (#litres_trial_promo)
CAPГЌTULO TREINTA Y SIETE (#litres_trial_promo)
CAPГЌTULO TREINTA Y OCHO (#litres_trial_promo)
CAPГЌTULO UNO
Oliver sentГa que su latido recorrГa insistentemente su cuerpo. Ester Valentini estaba muriendo. Cada segundo que pasaba era un segundo malgastado. TenГa que salvarla, pasara lo que pasara. La querГa demasiado para decepcionarla. Se enfrentarГa a cualquier peligro al que tuviera que enfrentarse. No importaba lo pequeГ±a que fuera la posibilidad de Г©xito, tenГa que arriesgarse.
MirГі al otro lado de la mesa de centro al Profesor Amatista, que estaba sentado en un maltrecho sofГЎ de piel bebiendo tГ© de una delicada taza de porcelana. El director de la Escuela de Videntes habГa dado permiso a Oliver para aventurarse en un peligroso viaje atrГЎs en el tiempo para encontrar un invento oculto de videntes que podrГa salvar la vida de Ester. Pero ahora Oliver necesitaba los detalles exactos para cumplir una misiГіn asГ.
—Haré todo lo que haga falta —le recordó Oliver una vez más, con voz fuerte y decidida—. No importa lo peligroso que sea, yo salvaré a Ester.
El director de la Escuela de Videntes asintiГі lentamente.
—Es mi deber como mentor tuyo decirte que esta serГЎ una prueba arriesgada. Una que podrГa muy bien fracasar.
—Cualquier posibilidad es mejor que ninguna —dijo Oliver con firmeza.
El Profesor Amatista dejГі su taza de tГ©. TintineГі y el ruido resonГі a lo amplio de su despacho en la sexta dimensiГіn.
—Para salvar la vida de Ester —dijo—, debes viajar atrás en el tiempo y encontrar algo llamado el Elixir. Es la única cosa que puede curarla.
«El Elixir» —repitió Oliver dentro de su mente, sintiéndose anonadado. Sonaba muy importante.
—Han escondido el Elixir —continuó el director— porque es muy poderoso. Y muy peligroso.
—¿Dónde lo han escondido, Profesor? —preguntó Oliver.
—Nadie lo sabe. Es un secreto firmemente guardado.
A Oliver se le cayГі el alma a los pies. ВїCГіmo iba a encontrar el Elixir si estaba escondido? ВїSi nadie sabГa dГіnde estaba?
Justo entonces, vio un pequeГ±o destello en los ojos del director, un brillo que le decГa que no todas las esperanzas estaban perdidas.
—Pero creo que he encontrado una manera de encontrar el sitio escondido —le dijo el anciano vidente.
El pecho de Oliver se llenГі rГЎpidamente de esperanza.
—¿Ah, s�
—No te emociones demasiado —dijo el profesor, templando el repentino optimismo de Oliver—. Conozco un portal que podrГa llevarte hasta allГ.
—¿A quГ© se refiere? —preguntГі Oliver, que parecГa perplejo. Los portales unГan dos lugares creando agujeros espacio-temporales que se entrelazaban entre el espacio y el tiempo. Sin duda alguna, o el portal del que hablaba el profesor llevaba a Oliver allГ o no habГa otra posibilidad.
El director se aclarГі la garganta y empezГі a explicar.
—No es un portal corriente. Es uno muy especial impregnado de una magia rara. Puede llevarte exactamente a donde tienes que ir.
A Oliver le dio un salto el corazГіn. ВЎEso era perfecto! Pero entonces Вїpor quГ© el gesto del Profesor Amatista era tan serio?
El anciano vidente continuГі:
—Para hacerlo funcionar, debes retener la intención en tu mente cuando entres, de que vas al sitio correcto por el mayor de los bienes. Si no se volverá extremadamente inestable y te expulsará.
A Oliver se le secГі la garganta como la mojama. Ahora lo comprendГa. Si entraba en el portal sin el corazГіn puro, sin duda iba a fracasar.
—¿Solo funcionará si mis intenciones son verdaderas? —preguntó.
—Sà —respondiГі el profesor asintiendo solemnemente—. Si tus intenciones no son puras, te expulsarГЎ al vacГo del espacio. ВїEntiendes ahora lo arriesgado que es?
Oliver sentГa que los escalofrГos le recorrГan el cuerpo como miniterremotos. TenГa miedo del portal, de si a este le parecerГa que sus intenciones eran lo suficientemente buenas. Pero tenГa que intentarlo. Por Ester. Estaba decidido.
Oliver levantГі la barbilla con valentГa.
—Estoy preparado.
El Profesor Amatista lo mirГі larga y fijamente. DespuГ©s se levantГі.
—Ven conmigo.
Oliver hizo lo que le dijo, notando que sus nervios se le aceleraban diez veces mГЎs mientras salГa de la sexta dimensiГіn tras el director y volvГa a la concurrida Escuela de Videntes. Estaban en la planta de arriba del todo, mirando hacia abajo al atrio central y a los cincuenta pisos de pasarelas entrecruzadas llenas de estudiantes, que llegaban hasta abajo al ГЎrbol del kapok.
—Todo esto es gracias a ti, Oliver —dijo el Profesor Amatista—. A causa de tus heroicas acciones, de tu voluntad de poner todo por encima de ti mismo, la Esfera de Kandra ha vuelto. La escuela ahora es mГЎs fuerte de lo que lo jamГЎs habГa sido.
Oliver sintiГі sus mejillas sonrojadas. ВїPor quГ© le mostraba esto el profesor?
—Es precisamente esta la pureza de corazón que necesitas para enfrentarte a este próximo viaje —explicó el profesor. Sus ojos brillaban con intensidad.
Oliver asintiГі. Lo comprendГa. El profesor querГa que sintiera –realmente, que sintiera de verdad- lo que hacГa falta, para atravesar el portal; recordarle exactamente lo que estaba en juego y dГіnde se encontraba su corazГіn.
Pero Oliver no estaba del todo de acuerdo con lo que le acababa de decir el profesor. Solo no hubiera logrado su anterior misiГіn. HabГa tenido a sus amigos. Sin que ellos le recordaran lo que era importante, nunca habrГa tenido Г©xito en la Гєltima misiГіn por salvar a Sir Isaac Newton y rescatar la Esfera de Kandra.
—No lo hice solo —le dijo Oliver al profesor, con un poco de indecisión.
Para sorpresa de Oliver, apareciГі de repente una amplia sonrisa en la cara del director.
—¡Exactamente! —Chasqueó los dedos, como si acabara de ganar una competición—. Exactamente por eso lo he organizado todo para que te embarques en esta misión con otros.
Oliver abriГі los ojos como platos por la sorpresa.
—¿Ah, s� ¿Quiénes?
Ester lo habГa acompaГ±ado en su Гєltima misiГіn, y ahora yacГa moribunda en el ala mГ©dica. Ralph tambiГ©n habГa ido en su ayuda y casi se ahoga en el RГo TГЎmesis por sus problemas. Llevar a la gente atrГЎs en el tiempo era muy peligroso. Oliver odiaba pensar en poner a alguno de sus otros amigos en peligro.
Oliver oyГі el ring del ascensor desde la otra punta del pasillo. EchГі un vistazo cuando se abrieron las puertas.
Se le alegrГі el corazГіn al reconocer a quienes estaban saliendo. Eran Hazel Kerr, con el pelo color de dulce de azГєcar y mantequilla recogido en un moГ±o alto, y Walter Stroud, que llevaba una camiseta retro de un juego de ordenador, el color amarillo vivo complementaba su oscura piel. Eran dos de sus amigos mГЎs cercanos. Pensar en que ellos le acompaГ±arГan en esta misiГіn era muy reconfortante.
Pero mientras sus dos amigos Гntimos iban andando hacia Г©l, Oliver vio que una tercera persona salГa por las puertas. Esta persona era desconocida para Oliver. Era un chico alto con la piel bronceada y el pelo oscuro y ondulado que le caГa hasta la barbilla.
—¿Quién es ese? —le preguntó Oliver al profesor.
—Dejaré que se presente él mismo —respondió el director.
Los tres estudiantes llegaron hasta Oliver. Hazel le dio su golpe de hombro de costumbre. Walter le dio golpecitos en la espalda, como hacГa a menudo. Oliver hizo un saludo con la cabeza a los dos, agradecido por tenerlos a su lado. Pero dirigiГі su mirada al tercer estudiante, al que no conocГa.
—Me llamo David Mendoza —dijo el chico, ofreciendo la mano a Oliver para que se la diera—. Soy de segundo curso.
—Ah —respondió Oliver, dándole la mano—. ¿Vas a venir conmigo?
El profesor hablГі mГЎs alto.
—David está altamente entrenado en el combate. El mejor de la escuela. Quiero que tengas protección en tu viaje. Piensa en él como la fuerza para el cerebro de la Señorita Kerr y el corazón del Sr. Stroud. Con estos tres compañeros a tu lado, tendrás las mejores posibilidades de triunfar.
Oliver asintiГі. Confiaba en el Profesor Amatista –su mentor todavГa no lo habГa decepcionado- pero no conocГa de nada a David Mendoza. No sabГa si podГa confiar en Г©l.
—Aquà tienes algunas cosas que necesitarás —continuó el profesor. Sacó un amuleto del bolsillo—. Es un amuleto de zafiro. Puedes usarlo para ver cómo está Ester. Él te la mostrará.
Se lo pasГі a Oliver.
Oliver mirГі la extraГ±a joya negra con el ceГ±o fruncido. Solo podГa distinguir la hermosa cara de Ester Valentini brillando en su superficie, como si la hubieran dibujado con carbГіn. TenГa los ojos cerrados y parecГa gravemente enferma. A Oliver le dolГa el corazГіn al verla.
—¿Esto es a tiempo real? —preguntó Oliver.
El director asintiГі.
—SГ. Te ayudarГЎ a mantener tu corazГіn puro. Si alguna vez dudas, mira el amuleto y recuerda por quГ© estГЎs en ese viaje.
Oliver se puso el valioso amuleto alrededor del cuello. Lo guardarГa como un tesoro, su conexiГіn con Ester.
A continuaciГіn, el Profesor Amatista le pasГі un cetro enjoyado. Oliver lo mirГі con asombro. TenГa un tubo interior hueco por el que corrГa arena y no importaba las veces que Oliver girara el cetro, la arena continuaba corriendo en la misma direcciГіn y a la misma velocidad, como si estuviera encantado.
—¿Qué es esto? —preguntó Oliver.
—Cuando golpees el cetro, este creará una luz brillante que causa ceguera temporal. Asà que úsalo sabiamente. La arena de dentro te muestra lo que le queda de vida a Ester.
Oliver se quedГі sin aliento, el miedo se apoderГі de Г©l. Una sensaciГіn nauseabunda lo recorriГі mientras observaba el cetro.
El director lo cogiГі por los hombros, interrumpiendo sus pensamientos.
—No solo se trata de Ester —explicó—. Ella estГЎ destinada a morir. TГє cambiarГЎs el destino para salvarla. Como tГє bien sabes, esto tendrГЎ un efecto colateral. HabrГЎ otros cambios que no podemos prever. Pero yo he mirado a travГ©s de muchas lГneas temporales y, si Ester muere, el resultado serГЎ peor.
A Oliver le dio un vuelco el estГіmago.
—¿Qué quiere decir?
—Su vida estГЎ unida a la escuela, Oliver. Su muerte tendrГЎ una reacciГіn en cadena a travГ©s del tiempo. Pero no puedo decir nada mГЎs especГfico que esto. Sabes que no puedo revelar lo que he visto en lГneas temporales alternas.
Oliver lo entendГa. Pero pensar que aquГ habГa mГЎs en juego que Ester le causaba una gran ansiedad. De algГєn modo, la escuela tambiГ©n estaba en peligro.
MirГі de nuevo el temporizador de arena que habГa dentro del cetro. Cada segundo que pasaba permitГa que otro granito de arena se colara.
—Del mismo modo, tambiГ©n pasarГЎ si sobrevive —continuГі el profesor—. El Elixir no solo curarГЎ a Ester, tambiГ©n permitirГЎ a todos los videntes viajar a momentos difГciles en el tiempo y regresar a salvo, para cumplir misiones urgentes segГєn sea necesario. Este tipo de viaje ilimitado en el tiempo es arriesgado. AsГ que ahora ya ves, Oliver, por quГ© esto es tan importante.
Oliver sintiГі que los nervios le subГan a la garganta y la apretaban como si la estrujara una boa constrictor. HabГa mucho mГЎs en juego de lo que Г©l habГa pensado.
MirГі a Walter y Hazel, sus mejores amigos, y despuГ©s a David, su nuevo compaГ±ero. Finalmente, mirГі al Profesor Amatista.
—No le decepcionaré —dijo.
El Profesor Amatista asintiГі con rotundidad. Le dio un golpecito en el hombro.
—Entonces quizás ahora sea el momento de decir adiós.
Oliver asintiГі.
—SГ. Pero primero, necesito ver a Ester.
—Por supuesto.
El profesor guiГі a Oliver hasta el ascensor y este los llevГі hasta el ala del hospital. Al entrar, Oliver examinГі la sala en busca de Ester. Cuando la encontrГі, vio que habГa una persona encorvada a su lado. Se le tensГі el pecho. Era Edmund.
Edmund se girГі bruscamente cuando Oliver se acercГі. Le lanzГі una mirada asesina y, a continuaciГіn, se puso de pie de un salto, furioso.
—¿Qué está haciendo él aqu� —preguntó Edmund al profesor, señalando con un dedo acusatorio a Oliver—. Él es la razón por la que Ester está en este estado.
Sus palabras atravesaron a Oliver como un rayo de dolor. Era cierto. Para empezar, que Ester contrajera la enfermedad del viaje en el tiempo fue culpa suya.
Pero el Profesor Amatista negГі con la cabeza.
—Ester sabГa que se estaba muriendo incluso antes de marcharse a Inglaterra —le dijo a Edmund—. Oliver no tuvo nada que ver con eso.
Oliver no acababa de creer al profesor. Ester le habГa dicho lo mismo, pero Г©l aГєn sentГa que le estaban mintiendo para hacerle sentir mejor y que no se culpara a sГ mismo. ВїDe quГ© otra forma Ester podrГa haber contraГdo la enfermedad del viaje en el tiempo sino por su viaje atrГЎs en el tiempo con Г©l? No aГ±adieron nada mГЎs.
Mientras Edmund estaba allГ echando humo, Oliver se dio cuenta de que tenГa las manos apretadas en puГ±os. SabГa que Edmund tambiГ©n querГa a Ester. DebГa de haber sido mГЎs fГЎcil para Г©l culpar a alguien de su problema, especialmente si ese alguien era Oliver, a quien ya odiaba.
—No le creo —replicГі Edmund—. Ella estaba bien antes de ir a esa misiГіn con Oliver. Ahora estГЎ asà —DejГі caer el brazo hacia donde Ester yacГa muy quieta, con los ojos cerrados—. ВїY aГєn confГa en Oliver para que le salve la vida?
Su mirada mostraba rabia.
Oliver casi no podГa creer que Edmund estuviera hablando al Profesor Amatista de ese modo. Era su venerado profesor, ВЎy Edmund estaba discutiendo con Г©l como un niГ±o con sus padres!
Pero lo que era aГєn mГЎs sorprendente era que el Profesor Amatista se lo permitiera. Cualquier otro estudiante, en cualquier otra circunstancia, seguramente serГa castigado por comportarse de una manera tan brusca y enfadada. Esto solo sirviГі para que Oliver tomara conciencia de lo excepcionalmente desesperada que era la situaciГіn de Ester ahora mismo.
El Profesor Amatista observГі a Edmund con calma.
—El corazón de Oliver es puro —explicó—. Sus sentimientos hacia Ester son puros. Los tuyos, me temo, Edmund, no lo son.
Edmund se sonrojГі.
—¿CГіmo se atreve a decir eso? ВЎYo tambiГ©n la quiero! ВЎLa querГa mucho antes de que Г©l pusiera un pie en la escuela! Yo podrГa hacer esta misiГіn tan bien como Oliver. Mejor, incluso.
Pero el director simplemente dijo que no con la cabeza.
—Lo siento, pero eso no es verdad. Solo hay una persona que tiene posibilidades de lograrlo. Y ese es Oliver.
Edmund se quedГі quieto durante un instante mГЎs, mirando con furia del director a Oliver. DespuГ©s dio un golpe fuerte con el pie y saliГі hecho una furia, empujando a Oliver con el hombro al pasar. El ruido de gemidos ahogados llenГі el ala del hospital mientras Г©l se iba a toda prisa.
Oliver observaba cГіmo se iba. No podГa evitar sentir lГЎstima por Edmund. Г‰l tambiГ©n estarГa hecho polvo si Ester no hubiera correspondido a su cariГ±o.
Sin Edmund allГ, Oliver dirigiГі su atenciГіn al cuerpo dormido de Ester. Se acuclillГі a su lado y le cogiГі la mano. TenГa la piel frГa, como si no fuera capaz de producir suficiente calor corporal. La apretГі.
Para sorpresa de Oliver, notГі que ella tambiГ©n lo apretaba. Oliver aguantГі la respiraciГіn. ВЎEstaba despertando!
En ese momento, los pГЎrpados de Ester empezaron a temblar. Un pequeГ±o gemido escapГі de su garganta.
—Estoy aquà —murmuró Oliver—. ¿Ester?
Oliver podГa ver que sus ojos se estaban moviendo bajo los pГЎrpados. Era evidente que se estaba esforzando por abrirlos.
DespuГ©s, por fin, como si le costara un gran esfuerzo, abriГі los pГЎrpados y Oliver se quedГі mirando fijamente sus hermosos ojos color verde esmeralda.
Ella lo observaba en silencio. La mГЎs pequeГ±a de las sonrisas tirГі de las esquinas de sus labios. A continuaciГіn, con un suspiro, sus pГЎrpados cayeron de nuevo. Se habГa vuelto a quedar dormida.
—No te decepcionarГ©, Ester —susurrГі Oliver, sintiendo que su voz hacГa gallos por la emociГіn—. No dejarГ© que te mueras.
CAPГЌTULO DOS
Christopher Blue estaba sentado empapado y temblando en el despacho de paredes negras de la SeГ±orita Obsidiana. Su pelo rubio oscuro colgaba de su cabeza en unos tirabuzones mojados. HabГa traГdo con Г©l el mal olor del RГo TГЎmesis y toda la habitaciГіn apestaba por ello.
Todos los demГЎs Obsidianos estaban sentados alrededor de la mesa con gesto abatido, los brazos cruzados y fulminГЎndolo con la mirada. La mirada de Malcolm Malice era la mirada mГЎs irascible de todas, el tipo de mirada que podГa convertirte en piedra.
Era obvio que Malcolm culpaba a Chris de su fracaso en el aГ±o 1690.
Con una dolorosa puГ±alada de frustraciГіn, Chris recordГі el momento en el que casi habГa matado a Oliver a orillas del RГo TГЎmesis. ВЎTenГa la mano alrededor de su tobillo y lo Гєnico que tenГa que hacer era arrastrarlo a las profundidades del agua! Pero de algГєn modo su hermano habГa logrado escapar de su agarre y deslizarse a travГ©s del portal.
La puerta se abriГі de golpe, arrancando a Chris de sus reflexiones. La SeГ±orita Obsidiana entrГі tranquilamente, con su negra capa alzada tras ella.
Chris la observaba con cauteloso recelo mientras se dejaba caer en su asiento pesadamente y echaba un vistazo a cada par de ojos con una mirada penetrante. La tensiГіn en la habitaciГіn aumentaba con cada segundo de silencio.
Finalmente, hablГі:
—Me habéis decepcionado.
RecorriГі a Chris con la mirada. Г‰l se sentГі mГЎs recto, mГЎs erguido y hundiГі las mejillas. Se preparГі para su reprimenda.
Pero, ante su sorpresa, pasГі de largo de Г©l y se concentrГі en su lugar en Malcolm.
—TГє mГЎs que nadie, Malcolm Malice —Su tono era frГo como el hielo.
—¿Yo? —exclamГі Malcolm. LanzГі un brazo hacia Chris—. ВЎFue Г©l el que dejГі que Oliver escapara con la Esfera de Kandra! Si hay que culpar a alguien, es a Г©l. Г‰l era nuestro lГder.
—Se suponГa que tГє tenГas que dirigir —replicГі la SeГ±orita Obsidiana.
—Usted dijo que debГa dirigir el mГЎs fuerte —protestГі Malcolm.
La SeГ±orita Obsidiana dio un golpe fuerte con las manos sobre la mesa para callarlo.
—¡TГє deberГas de haber sido el mГЎs fuerte, Malcolm! ВЎTГє! ВЎUn vidente preparado! ВЎA Christopher le acabГЎbamos de infundir sus poderes, sin embargo, tan solo despuГ©s de unas horas, su fuerza superГі a la tuya!
Chris sintiГі que el pecho se le hinchaba con orgullo. Siempre habГa sospechado que era especial. La cara de vergГјenza en el rostro de Malcolm era algo que valorarГa para siempre.
Pero, de golpe, la SeГ±orita Obsidiana dirigiГі su mirada hacia Г©l.
—Ya puedes borrar esa sonrisita de tu cara, Christopher Blue —gritó—. A ti te tengo guardado más.
Chris notГі que su pulso llegaba a su punto mГЎximo por la ansiedad. RГЎpidamente cambiГі su gesto hacia una expresiГіn neutra.
—SГ, seГ±ora —gimiГі, su mente dando vueltas a todos los posibles castigos que ella iba a infligir con toda seguridad.
La SeГ±orita Obsidiana lo clavГі en su asiento con su mirada frГa y cruel, y continuГі en el mismo tono firme.
—Yo te he infundido la más poderosa magia negra. Tienes mucho potencial. Pero tienes que entrenar.
Chris parpadeГі conmocionado. A su alrededor, oГa el ruido de los otros estudiantes obsidianos revolviГ©ndose en sus asientos. Las palabras de la SeГ±orita Obsidiana les cogieron a todos por sorpresa.
—¿Entrenarlo? —soltó Malcolm—. ¿Y qué tal castigarlo?
La SeГ±orita Obsidiana ignorГі su arrebato. Su mirada seguГa fijada en Chris.
—¿Entrenar? —repitió Chris.
—SГ. Como es debido. Tus poderes son demasiado como para que cualquiera de los profesores de la Escuela de los Obsidianos puedan manejarlos.
La directora chasqueГі los dedos y la puerta de detrГЎs suyo se abriГі de golpe. Un hombre entrГі en el despacho. Iba vestido con una larga tГєnica negra que cubrГa la totalidad de su rostro y tambiГ©n todo su cuerpo. Las Гєnicas cosas que se veГan eran sus brillantes ojos azules, los ojos azul chillГіn de un vidente canalla.
—Este es tu nuevo entrenador —le dijo la SeГ±orita Obsidiana a Chris—. El Coronel CaГn.
Chris reconociГі al hombre al instante. Era uno de los luchadores del ejГ©rcito oscuro que habГa luchado contra la Hermana Judith junto a Г©l en la Inglaterra de los aГ±os 1690.
Su corazГіn empezГі a latir con fuerza. Se sentГa mareado por la emociГіn. Unos segundos atrГЎs esperaba un duro castigo, ВЎpero ahora en su lugar descubrГa que lo entrenarГa un soldado del ejГ©rcito oscuro! Era un cambio bastante grande el que tenГa que hacer su mente.
A pesar de todos sus intentos por mantener un gesto inexpresivo, Christopher sintiГі que una sonrisa aparecГa en la comisura de sus labios. Cuando estuvo en Inglaterra en los aГ±os 1690, luchando junto al ejГ©rcito oscuro, habГa sentido una llamada hacia ellos, una especie de seГ±al que le decГa que Г©l encajaba mucho mГЎs en el ejГ©rcito que en la escuela obsidiana. Ahora su deseo se estaba haciendo realidad.
—Será extremadamente duro —gritó la Señorita Obsidiana, forzando su atención de nuevo hacia ella y alejándolo de su pensamientos.
Chris asintiГі apresuradamente varias veces y hablГі con voz rГЎpida:
—Lo entiendo. Trabajaré duro para usted, señora.
La directora se quedГі parada, sus labios fruncidos en una fina lГnea mientras lo observaba durante un par de segundos.
Chris notГі que se le retorcГan las entraГ±as. La SeГ±orita Obsidiana tenГa ese efecto en la mayorГa de las personas. Por extraГ±o que pareciera, su miedo por ella no hacГa mГЎs que incrementar su admiraciГіn y deseo de complacerla.
—Más te vale —dijo por fin, colocándose de nuevo en su trono—. Pues no habrá una tercera oportunidad.
Las palabras golpearon a Chris como un rayo. No necesitaba que la SeГ±orita Obsidiana le explicara lo que eso significaba. HabГa fallado una vez. Esta era su Гєltima oportunidad para demostrarle lo que valГa. Si volvГa a fracasar, se acababa.
Por el rabillo del ojo, veГa que el aviso –no, mejor dicho, la amenaza- de la SeГ±orita Obsidiana habГa convertido la mirada fulminante de Malcolm Malice en una malvada sonrisa de placer. La visiГіn de su estГєpida cara hizo que la determinaciГіn creciera en el estГіmago de Chris.
—No la decepcionaré —dijo Chris contundentemente, con la atención dirigida a la Señorita Obsidiana como un dardo a una diana—. Cueste lo que cueste. Me mande donde me mande. Sea quien sea quien usted quiera que mate. Lo haré.
La SeГ±orita Obsidiana levantГі la barbilla, con la mirada clavada en la suya. Chris vio el brillo que habГa detrГЎs de sus ojos que le decГa que creГa en Г©l.
Se le quitГі la tensiГіn en su pecho. Se sentГі un poco despatarrado en su silla, agotado por el estrГ©s de todo aquello, pero aliviado por saber que tenГa fe en Г©l. Su aprobaciГіn lo significaba todo para Chris.
—Bien —dijo la Señorita Obsidiana asintiendo bruscamente con la cabeza una vez—. Porque no hay tiempo que perder.
Se inclinГі hacia delante apoyГЎndose en sus codos y pasГі la mano por encima de el cuenco de las visiones que estaba en la mesa que tenГa enfrente. Era su artilugio para espiar, el que usaba para vigilar a sus rivales en la Escuela de Videntes de Amatista. Normalmente habГa una imagen dentro, pero esta vez no habГa nada a excepciГіn de un manchГіn borroso, como una nube oscura de tormenta.
—Desde vuestras correrГas fallidas en la Inglaterra de los aГ±os 1690, la Escuela de Videntes de Amatista se ha fortalecido aГєn mГЎs —explicó—. Ya no puedo ver dentro. Pero no os preocupГ©is. Tengo gente trabajando para nosotros desde dentro.
—¿Se refiere a un topo? —preguntó Madeleine, la vidente pelirroja.
Era la primera vez que alguno de los estudiantes obsidianos a excepciГіn de Malcolm o Chris se habГa atrevido a hablar.
La SeГ±orita Obsidiana la mirГі y sonriГі.
—SГ.
Madeleine parecГa encantada. AplaudiГі.
—Qué emocionante. ¿Quién es? ¿Un estudiante? ¿Un profe…?
Pero antes de que Madeleine pudiera acabar su frase, la SeГ±orita Obsidiana moviГі la mano en el aire simulando el movimiento de cerrar algo con cremallera. En un abrir y cerrar de ojos, los labios de Madeleine desaparecieron, dejando solo una capa carnosa donde tenГa la boca.
Chris se encogiГі de miedo en su asiento. La visiГіn de Madeleine sin boca le perturbaba. Pero lo que le perturbaba aГєn mГЎs era por quГ© la SeГ±orita Obsidiana habГa decidido exhibir sus poderes de ese modo. Chris se dio cuenta de que era una advertencia. Una advertencia para Г©l. Esto, o algo parecido, era el destino que le esperaba si metГa la pata en la misiГіn.
Madeleine tenГa los ojos abiertos como platos por el susto mientras apretaba las manos contra la boca. Ahora su voz no era mГЎs que un ruido ahogado.
—¿A alguien más le apetece interrumpir? —preguntó la Señorita Obsidiana, recorriéndolos a todos con su mirada fulminante.
Todos se quedaron callados.
La directora continuГі como si no hubiera pasado nada.
—Las fortificaciones que tapan mi habilidad para ver solo abarcan los terrenos de la escuela. Lo que significa que en el segundo en el que Oliver Blue traspase los lГmites de la escuela, podrГ© seguirlo de nuevo.
Al oГr el nombre de su hermano, Chris se incorporГі y se puso mГЎs erguido en su asiento. Su deseo de matar a ese mocoso de una vez por todas creciГі aГєn mГЎs en su interior, aumentando hasta un extremo asesino que resonaba en sus oГdos como un tambor tribal.
—Y en el segundo en el que lo haga —continuó la Señorita Obsidiana, con voz maliciosa—, os mandaré a vosotros tras él.
Dio un puГ±etazo sobre la mesa y todos pegaron un salto. Pero su mirada solo estaba clavada en la de Christopher.
TragГі saliva mientras la intensidad de su mirada quemaba en su interior.
Su voz se hizo mГЎs fuerte, mГЎs seria, mГЎs ansiosa.
—Esta vez, no fallaremos. No podemos fallar —Sus ojos brillaban con maldad. Se puso de pie y levantó un puño al aire—. Esta vez, mataremos a Oliver Blue.
CAPГЌTULO TRES
Dejar la Escuela de Videntes siempre era difГcil para Oliver. No solo porque esto suponГa dejar atrГЎs a los amigos y profesores que adoraba, sino porque la escuela estaba situada en 1944, justo en mitad de la guerra, y eso significaba que marcharse de allГ era siempre arriesgado.
Oliver oyГі que Hazel silbaba a su lado. La mirГі y vio que estaba mirando fijamente alrededor a la fila de ruidosas fГЎbricas, todas construyendo cosas por el esfuerzo de la guerra. Sus altas chimeneas escupГan humo al aire. Las escaleras de incendio de acero estaban colocadas en zigzag en sus exteriores. Unos pГіsteres grandes adornaban cada edificio, instando a los hombres a unirse a la guerra contra el telГіn de fondo de banderas americanas. Unos peculiares coches negros que parecГan directamente sacados de una pelГcula de gГЎnsteres circulaban sin prisa pero sin pausa.
—HabГa olvidado cГіmo era el mundo fuera de la Escuela de Videntes —dijo Hazel—. Hace mucho tiempo.
Como el resto de los estudiantes, Hazel habГa abandonado su antigua vida para formarse y convertirse en vidente, para participar en importantes misiones de viaje a travГ©s del tiempo para mantener en orden la historia. Esta era su primera misiГіn. Oliver entendГa por quГ© parecГa tan abrumada.
Walter se acercГі a su lado, quedГЎndose en la acera mientras el trГЎfico pasaba zumbando.
—¿Y ahora hacia dónde? —preguntó.
David se acercГі tambiГ©n a su lado. Г‰l llevaba el cetro; Oliver pensГі que tenГa mГЎs sentido que guardara el arma el luchador que habГa entre ellos. VeГa que la arena corrГa dentro del tubo hueco que tenГa dentro. Saber que el tiempo estaba pasando para ellos le mandГі un sobresalto de pГЎnico.
—Debemos encontrar el portal —dijo Oliver con urgencia.
RГЎpidamente, sacГі su brГєjula del bolsillo. Su guГa, Armando, le habГa dado el artilugio especial. HabГa pertenecido a sus padres. Junto a un cuaderno de los viejos apuntes de clase de su padre, era el Гєnico vГnculo que tenГa con ellos. Le habГa ayudado en una misiГіn anterior y Oliver estaba seguro de que le ayudarГa ahora. Aunque nunca los habГa conocido, Oliver sentГa que sus padres siempre le estaban guiando.
Los sГmbolos, cuando se interpretaban correctamente, le mostraban el futuro. PodГa usarla para guiarlos al portal.
MirГі la brГєjula. La manecilla principal, la mГЎs gruesa de todas, seГ±alaba directamente al sГmbolo de una puerta.
Oliver pensГі que eso era muy sencillo de entender. Su misiГіn era encontrar el portal y eso, sin duda, estaba representado por el sГmbolo de la puerta.
Pero cuando mirГі de cerca las otras manecillas de oro, cada una seГ±alando a sГmbolos que parecГan jeroglГficos egipcios, se hizo un poco mГЎs difГcil averiguar el significado que la brГєjula intentaba mostrarle. Una imagen parecГa un piГ±Гіn. Otra parecГa ser un bГєho. Un tercer sГmbolo se identificaba fГЎcilmente como un perro. Pero ВїquГ© significaban todos ellos?
—Un piГ±Гіn. Un bГєho. Un perro… —reflexionГі Oliver en voz alta. Entonces, de repente, se dio cuenta. Cuando se percatГі de a donde le dirigГa, dijo con la voz entrecortada:
—¡La fábrica!
Si habГa interpretado correctamente la brГєjula, le dirigГa a un lugar que a Oliver le resultaba muy familiar. La fГЎbrica de Armando Illstrom, Illstrom’s Inventions.
La fГЎbrica no estaba muy lejos de allГ. El piГ±Гіn podГa representar la mГЎquina en la que trabajaba, el bГєho era por los pГЎjaros mecГЎnicos voladores que se acurrucaban en sus vigas y el perro podГa representar a Horacio, el sabueso de confianza del viejo inventor.
Oliver no estaba seguro de si su interpretaciГіn era correcta, pero sin duda parecГa creГble que el portal pudiera estar en algГєn lugar dentro de los lГmites de la fГЎbrica. No podГa evitar sentirse emocionado ante la expectativa de volver a ver a su viejo hГ©roe. Daba la sensaciГіn de que habГa pasado mucho tiempo desde la Гєltima vez que Oliver habГa puesto un pie en la fГЎbrica mГЎgica.
—Por aquà —les dijo a los demГЎs, seГ±alando en la direcciГіn en la que sabГa que estaba la fГЎbrica.
Empezaron a caminar, pasando por delante de una fila tras otra de fГЎbricas de municiГіn de tiempos de guerra. Trabajadores vestidos con monos marrones y beige entraban y salГan en fila por las puertas de acero pesado, tambiГ©n muchas mujeres. Cada vez que se oГa una puerta, los ruidos de sierras, taladros y maquinaria pesada crecГan.
—Espero que Ester no esté sufriendo mucho —dijo Hazel mientras avanzaban.
Solo mencionar su nombre lanzaba flechas de angustia al estГіmago de Oliver.
—Están cuidando de ella —respondió Walter—. El hospital de la Escuela de Videntes es el mejor del universo.
David se acercГі al lado de Oliver. Le sacaba por lo menos una cabeza a Oliver y se habГa recogido su pelo negro, que le llegaba por la barbilla, en una pequeГ±a cola. Con su vestimenta totalmente blanca y el cetro colgado en la espalda, se parecГa un poco a un ninja.
—¿Por qué estás conmigo en esta misión? —le preguntó Oliver.
En cuanto lo hubo dicho, se dio cuenta de que su tono habГa sido muy directo. No habГa sido su intenciГіn, simplemente estaba confundido. Llevar a un extraГ±o a la misiГіn aГ±adГa otro nuevo nivel de incertidumbre.
David lo mirГі, con una expresiГіn neutra. TenГa un aire serio.
—¿No te lo contó el Profesor Amatista?
Oliver negГі con la cabeza.
—En realidad no. Solo dijo que eras un buen luchador.
David asintió lentamente. Su cara continuaba inexpresiva, de un modo que a Oliver le recordaba a un soldado entrenado—. Me han mandado como tu guardaespaldas personal.
Oliver tragГі saliva. ВїGuardaespaldas? Г‰l sabГa que ir a misiones de viajes en el tiempo era peligroso, pero tener guardaespaldas parecГa un poco desmesurado.
—¿Por qué necesito un guardaespaldas? —preguntó.
David frunciГі los labios.
—No me han contado todos los detalles. Pero el Profesor Amatista fue bastante claro acerca de mis instrucciones para esta misión. Mantenerte con vida. Hacer todo lo necesario.
Su explicaciГіn le sirviГі poco de consuelo a Oliver. El Profesor Amatista nunca habГa considerado que necesitara protecciГіn extra, Вїpor quГ© ahora? ВїQuГ© era tan peligroso en esta misiГіn en particular?
Pero ВїquiГ©n era Г©l para dudar de cГіmo dirigГa el director? El Profesor Amatista era el vidente mГЎs poderoso de todos, tenГa siglos de edad, y habГa visto evolucionar muchas lГneas temporales. SabГa quГ© era lo mejor. Si el extraГ±amente militarista David Mendoza era parte de eso, entonces Oliver tenГa que aceptarlo.
Mientras caminaban dando largos pasos por las calles, Oliver dirigГa su atenciГіn una y otra vez al tubo hueco de dentro del cetro. La arena ya se habГa movido visiblemente, indicando que el tiempo ya se estaba colando. Pensar que a Ester se le estaba terminando el tiempo hizo que una descarga de dolor le apuГ±alara el corazГіn.
No habГa tiempo que perder. TenГa que llegar al portal.
AcelerГі el paso.
El cielo empezaba a oscurecer cuando llegaron a la calle en la que estaba situada la fГЎbrica. Pero antes de que Oliver tuviera ocasiГіn de caminar directamente hacia allГ, Hazel lo detuvo poniГ©ndole suavemente la mano en el brazo.
—¿Qué pasa? —preguntó.
Hazel seГ±alГі a la brГєjula que Oliver tenГa en las manos.
—Las manecillas de la brújula, han cambiado todas de repente.
Con el ceГ±o fruncido, Oliver se acercГі la brГєjula a la cara para interpretarla mejor.
Todos se amontonaron para poder mirar tambiГ©n. Algunas de las manecillas habГan cambiado de posiciГіn, aunque la manecilla principal continuaba seГ±alando decididamente a la puerta.
—TodavГa nos lleva hasta el portal —explicГі Oliver—. Pero parece que ahora quiere que vayamos por otro camino.
EntrecerrГі los ojos, intentando descifrar los sГmbolos y lo que le mostraban ahora.
—No lo entiendo —murmurГі frustrado—. Ahora seГ±ala a un ГЎrbol, una pared de ladrillos, una llave y… —Puso la brГєjula del revГ©s para intentar encontrarle el sentido al Гєltimo sГmbolo— …¿una boca de incendio?
—Oh —se oyó la voz de Hazel—. ¿Quieres decir como estas?
Oliver levantГі la cabeza de inmediato y vio que Hazel seГ±alaba al otro lado de la calle. En efecto, habГa una boca de incendio delante de un gran roble. Un poco por detrГЎs de ellos, habГa una pared alta de ladrillos rojos. En la pared habГa una puerta vieja de madera con el ojo de la cerradura grande y oxidado.
Oliver se quedГі sin respiraciГіn. La brГєjula debiГі de haberlo dirigido hacia la fГЎbrica para llevarlo hasta este lugar concreto.
—¿Piensas que la puerta es el portal? —preguntó Hazel.
Oliver se volviГі a meter la brГєjula en el bolsillo.
—Solo hay un modo de averiguarlo.
LlevГі a los demГЎs al otro lado de la calle hasta la puerta. Alzaron la mirada hacia ella. ParecГa completamente normal. Sin ninguna seГ±al de que fuera un portal.
Walter probГі el pomo.
—Está cerrada con llave.
Entonces la inspiraciГіn le vino como un rayo a Oliver. RecordГі el sГmbolo de la llave en la brГєjula. Se agachГі y colocГі su ojo en el ojo de la cerradura para mirar a travГ©s.
Al otro lado, un vГіrtice lila y negro giraba en remolino, con unos rayos de un blanco brillante que se bifurcaban y golpeaban su superficie.
Estupefacto, Oliver dio un grito ahogado y se encogiГі hacia atrГЎs de forma tan violenta que cayГі justo sobre su trasero.
—¿QuГ© viste? —preguntГі Hazel, agarrГЎndole el brazo para parar la caГda.
David le cogiГі del otro brazo con la misma rapidez.
—Un portal… —tartamudeó Oliver—. Ese es el portal.
Mientras David y Hazel ayudaban a Oliver a ponerse de pie, Walter fue corriendo a toda prisa emocionado hacia el ojo de la cerradura y mirГі dentro. Cuando se girГі para mirarlos, tenГa una amplia sonrisa en la cara.
—¡Esto es una locura! —exclamó.
Г‰l siempre era el mГЎs entusiasta de los amigos de Oliver, aunque tambiГ©n era propenso a los ataques de mal genio. Hazel era la lista. Ella habГa ayudado a Oliver a desactivar la bomba atГіmica de Lucas.
Hazel se apresurГі a ser la siguiente en mirar por el ojo de la cerradura. Pero cuando se dio la vuelta, su expresiГіn era bastante diferente a la de Walter.
—Parece un poco aterrador.
Oliver asintiГі lentamente. Se sentГa igual que Hazel. Las luces lilas que daban vueltas en remolino y el largo tГєnel interminable eran mГЎs que intimidatorios. Pensar en entrar allГ lo aterrorizaba. Ya habГa atravesado los suficientes como para saber lo extraГ±o y desagradable que resultaba viajar a travГ©s de un portal. Pero sabГa que no le quedaba elecciГіn. TenГa que ser valiente por Ester y por la escuela.
—¿Y cómo entramos? —preguntó David, agitando el pomo.
A diferencia de los demГЎs, no parecГa interesado en mirar el portal a travГ©s del ojo de la cerradura.
—Necesito intenciones puras —explicó Oliver—. Eso me conectará a donde sea que tenga que ir —Miró a sus amigos que estaban tras él—. Y todos me seguiréis.
Oliver sabГa que existГa un modo de asegurarse de que sus intenciones eran puras. MirГі en el amuleto de zafiro.
En la superficie del reluciente Гіnix negro, podГa ver que Ester estaba durmiendo. Estaba igual de guapa que siempre. Pero parecГa preocupada, como si estuviera sufriendo un dolor terrible.
A Oliver le dio una sacudida el corazГіn. TenГa que salvarla.
—Estoy preparado —dijo.
CogiГі el pomo y lo girГі. Pero la puerta estaba atascada.
—¡No funcionó! —dijo Oliver.
Su pecho palpitaba. ВїSus intenciones no eran lo suficientemente puras despuГ©s de todo? La duda empezГі a apoderarse de Г©l. QuizГЎ el Profesor Amatista habГa cometido un error mandГЎndolo a esta misiГіn. QuizГЎ no tenГa un corazГіn suficientemente puro a fin de cuentas.
—Déjame probar —dijo Hazel—. Ester también es mi amiga.
Ella tambiГ©n agitГі el pomo. Pero no se abriГі.
Walter fue el siguiente en probar. Г‰l tambiГ©n fracasГі.
A Oliver se le cayГі el estГіmago a los pies. ВЎNo podГan caer en el primer obstГЎculo! Y el reloj haciendo tictac dentro del tubo hueco del cetro era un recordatorio constante de que el tiempo de Ester era finito, de que estaban en una carrera por salvarla. TenГan que darse prisa.
Justo entonces, David dio un paso adelante. Oliver sabГa que David, que no tenГa para nada ninguna intenciГіn hacia Ester, pues no la conocГa, no podГa ser de ninguna manera el que abriera la puerta al portal. Pero se habГan quedado sin opciones, asГ que Г©l tambiГ©n podГa probar.
David parecГa contemplativo mientras examinaba la puerta de madera que tenГa delante, inclinando la cabeza de izquierda a derecha. DespuГ©s dio un par de pasos hacia atrГЎs, clavГі los pies firmemente en el suelo y le dio una fuerte patada a la puerta con la suela de su bota. UsГі la fuerza de un boxeador.
Para sorpresa de todos, la puerta se abriГі de golpe.
El portal giraba delante de ellos, una bestia enorme y rugiente como un violento remolino agitado. Oliver soltГі un grito ahogado cuando una enorme rГЎfaga de viento parecГa intentar tragГЎrselo hacia dentro.
Pero incluso ahora con acceso, no podГa deshacerse de la sensaciГіn de ser un fracaso. ВїPor quГ© la puerta no se habГa abierto para Г©l? ВїPor quГ© David?
EchГі un vistazo, con el pelo volando delante de su cara, al chico que el Profesor Amatista habГa mandado con Г©l a esta misiГіn.
—¿Por qué funcionó para ti? —preguntó Oliver por encima del rugido del viento.
—Porque —respondió Davis gritando— imaginé que si el portal solo te lleva a donde tienes que ir con intenciones puras, quizá la puerta del portal solo se abre para alguien con la intención pura de abrirla. Tú estás completamente centrado en Ester, en el destino. Pero mi concentración está en ayudarte en cualquier cosa que deba. Asà que mi intención pura era abrirte la puerta.
Sus palabras impactaron profundamente a Oliver. ВїAsГ que la Гєnica intenciГіn de David en esta misiГіn era ayudarle? Su habilidad para abrir la puerta habГa demostrado su lealtad. Por eso el Profesor Amatista lo habГa mandado.
—Ahora te toca a ti, Oliver —dijo Hazel—. Te toca demostrar tus verdaderas intenciones.
Oliver lo entendiГі. La motivaciГіn entrГі rГЎpidamente en sus venas mientras cogГa de nuevo el amuleto y se concentraba en Ester durmiendo dentro. El corazГіn le dio una sacudida.
El viento daba vueltas.
MirГі de nuevo a sus amigos.
—Allá vamos.
Saltaron.
CAPГЌTULO CUATRO
Chris estaba en el campo fangoso en la sombra de la Escuela Obsidiana de Videntes. Estaba cubierto de barro hasta la cintura. La lluvia caГa sobre Г©l de forma torrencial.
—Otra vez —exigiГі el Coronel CaГn. Sus inquietantes ojos azules destellaban.
Chris apretГі los dientes. Estaba agotado. HabГa estado dando vueltas corriendo durante lo que parecГan horas. Pero entonces recordГі su misiГіn –matar a Oliver- y su motivaciГіn regresГі.
Su riguroso entrenamiento para el combate habГa empezado de inmediato. Y mientras, por una parte, estaba emocionado por ser el Гєnico vidente que existГa en poseer el poder de la materia oscura, los entrenamientos de buena maГ±ana le estaban destrozando el entusiasmo.
Chris siempre habГa sido un chico fornido –preferГa picotear que hacer deporte- y todas las horas corriendo en el barro y la lluvia mientras le vociferaban Гіrdenes a la cara le estaban agotando. Y, aГєn asГ, a pesar de todas las dificultades, su motivaciГіn no hacГa mГЎs que crecer. MatarГa a Oliver. En la prГіxima misiГіn, no lo dejarГa escapar.
EmpezГі a correr de nuevo, su pecho se movГa agitadamente. TenГa un fuerte dolor en el costado, pero lo ignorГі y continuГі. Por el rabillo del ojo veГa que el Coronel CaГn lo estaba observando, sus ojos azules brillaban incluso a travГ©s de la lluvia torrencial.
Justo entonces, avistГі una silueta que estaba en una de las ventanas de los dormitorios de la Escuela de los Obsidianos. Supo de inmediato que era Malcolm Malice. SonriГі con satisfacciГіn, lleno de orgullo de que Malcolm le estuviera observando. SabГa que Malcolm estaba celoso de sus poderes y de la atenciГіn especial que estaba recibiendo. A Malcolm le hubiera encantado que le entrenara el ejГ©rcito oscuro. TodavГa estaba resentido por su misiГіn fallida y por caer en desgracia a ojos de la SeГ±orita Obsidiana.
Mientras corrГa, resbalando y patinando sobre la hierba embarrada, Chris recordГі de nuevo aquel momento a orillas del RГo TГЎmesis en el que tuvo cogido el tobillo de Oliver con la mano durante un instante y, a continuaciГіn, lo habГa perdido de repente y Oliver habГa desaparecido a travГ©s del portal. Chris estaba decidido a no permitir que eso volviera a suceder. La prГіxima vez que se encontrara cara a cara con Oliver, acabarГa con Г©l. Entonces conseguirГa todo el prestigio de todos los Obsidianos y Malcolm Malice se quedarГa sin nada.
Chris se percatГі de que el cielo estaba oscureciendo. GirГі la esquina y volviГі corriendo hacia el Coronel CaГn. HabГa estado entrenando desde el amanecer, sin parar ni para comer. El coronel era como un sargento instructor. Pero no importaba lo duro que fuera el entrenamiento, Chris nunca se quejaba. Incluso ahora, que su respiraciГіn consistГa en jadeos intensos y roncos, no dejarГa que el hombre viera el dolor en su cara. El Coronel CaГn era duro, sГ, pero era admirable. Chris lo respetaba de un modo que nunca lo habГa hecho con su padre.
LlegГі hasta el Coronel CaГn. A travГ©s de la tГєnica oscura del hombre, Chris veГa que miraba hacia abajo detenidamente con los ojos sobrenaturales y brillantes de un vidente canalla.
El Coronel CaГn apretГі el botГіn de arriba de su cronГіmetro.
—¿Qué tal lo hice? —preguntó Chris.
—Estás yendo más lento —fue la respuesta del coronel, con una voz imponente y estruendosa.
—Tengo hambre —respondió Chris, colocando las manos sobre sus rollizas caderas—. ¿Cuándo vamos a parar para comer?
El coronel entrecerrГі sus brillantes ojos azules. ParecГa furioso.
—Tienes el poder de la materia oscura en tu interior, Christopher —dijo bruscamente—. No deberГas tener ninguna necesidad. El poder que la SeГ±orita Obsidiana te otorgГі es la envidia de todo soldado oscuro del universo.
Entre las punzadas de hambre, Chris sintiГі una ola de orgullo.
—Ven aquà —dijo el Coronel CaГn, haciendo un gesto a Chris.
Chris se acercГі cauteloso, resbalando un poco sobre la tierra embarrada.
—Levanta las manos —dijo el coronel.
Chris hizo lo que le habГan ordenado.
—¿Sabes el poder que contienen? —preguntó el coronel.
Chris asintiГі.
—Puedo lanzar chorros de ГЎcido con ellas —dijo con orgullo, recordando cГіmo habГa destrozado las valiosas obras de arte de Newton en Inglaterra en los aГ±os 1690.
—Puedes hacer mucho más que eso —dijo el coronel.
CogiГі las manos de Chris por las muГ±ecas. Su agarre era firme. Sus dedos eran como garras, protuberantes y largos, casi inhumanos.
—Concentra tu mente —exigió el coronel—. Accede a tus poderes oscuros. Después usa ese poder para derretir el tejido de las dimensiones.
—Debe de estar gastándome una broma —murmuró Chris.
—Yo no gasto bromas —respondió el coronel.
Chris habГa descubierto el tejido dimensional cuando la SeГ±orita Obsidiana habГa llamado al ejГ©rcito oscuro para que los ayudaran en la Гєltima misiГіn. HabГa usado un sofisticado cuchillo para hacerlo. Pero Вїse esperaba que Chris lo hiciera solo con sus manos?
El coronel lo estaba mirando con insistencia. Chris respirГі profundamente y dejГі que su mente encontrara aquel lugar meditativo en el que la realidad empezaba a difuminarse.
Cada vez que accedГa a sus poderes era emocionante para Chris, pues cada vez que los encontraba en su interior podГa ver que habГan crecido. Sus poderes estaban situados como una enorme roca volcГЎnica ardiente, justo en el centro de su barriga. Incluso desde el poco tiempo que habГa estado entrenando con el coronel notaba lo mucho mГЎs grandes que eran, lo mucho mГЎs que deseaban ser utilizados. Era como si fueran algo extraГ±o para Г©l, un alienГgena que residГa dentro de su cuerpo, que le daba la clase de poder con el que la gente solo soГ±aba.
BuscГі en su interior y empezГі a tirar de sus poderes hasta llevarlos a sus brazos. SintiГі que el calor se deslizaba por sus antebrazos extendidos y hasta sus muГ±ecas, que el Coronel CaГn todavГa agarraba con fuerza. Entonces notГі que se filtraba hasta sus manos, calentando su piel hasta una temperatura abrasadora. Finalmente, lo expulsГі, proyectando la imagen que habГa creado en su mente del tejido derritiГ©ndose y convirtiГ©ndolo a la fuerza en una realidad.
Al hacerlo, se dio cuenta de que el ambiente alrededor de sus manos empezaba a cambiar. EmpezГі a resplandecer.
—Funciona… —tartamudeó Chris.
AlzГі la mirada hacia el Coronel CaГn. Aunque la capucha del hombre hacГa sombra en su rostro, Chris podГa ver por sus ojos que ahora sonreГa diabГіlicamente.
Chris sintiГі que su corazГіn empezaba a golpearle el pecho.
—Lo estoy haciendo —dijo, sintiendo una ola de victoria.
—Ahora, suelta —ordenó el coronel.
Chris dejГі caer las manos. En el lugar donde sus manos habГan coincidido con el tejido de la dimensiГіn, ahora habГa dos agujeros chamuscados.
—Impresionante —murmuró Chris.
—AsГ es cГіmo tienes acceso al espacio entre el tiempo —dijo el coronel—. El vacГo. El reino donde reside el ejГ©rcito oscuro —AlargГі los brazos hacia delante y, apretando, juntГі de nuevo las partes chamuscadas del cielo—. ВїVes lo valioso que es el poder que hay en tu interior?
Chris asintiГі.
—SГ.
—Bien. Entonces corre.
Chris sintiГі un tirГіn en el pecho.
—¿Correr? ¿Otra vez?
El momento de amabilidad del Coronel CaГn se esfumГі. Su voz se volviГі frГa y dura de nuevo.
—He dicho que corras.
Chris no iba a discutir. VolviГі a disparГЎrsele el corazГіn, para hacer aГєn otra vuelta al campo.
Esta vez, cuando alzГі la vista hacia la ventana de los dormitorios, vio que Malcolm ahora no estaba.
Al girar y avistar la silueta del Coronel CaГn a lo lejos, Chris se percatГі de que su mentor ya no estaba solo. HabГa una segunda silueta a su lado. Alguien mГЎs pequeГ±o. Un estudiante, se percatГі Chris.
Al acercarse aГєn mГЎs, se dio cuenta. Malcolm, que habГa estado observando a Chris entrenando, ahora habГa bajado a los campos de juego.
Chris tensГі la barbilla. No querГa que Malcolm interactuara con el Coronel CaГn. ВЎEl coronel era su mentor!
AcelerГі aГєn mГЎs el paso, hasta que el dolor de su costado parecГa la hoja de un cuchillo. Le dolГan los pulmones pero se forzaba a avanzar mГЎs y mГЎs y mГЎs.
Por fin, llegГі donde estaba el coronel con un gran estruendo, disparando barro hacia las piernas del pantalГіn de Malcolm.
El Coronel CaГn parecГa sorprendido. ParГі su cronГіmetro.
—Esta ha sido tu vuelta mГЎs rГЎpida, Christopher —dijo, con la mГnima expresiГіn de orgullo en su voz. MirГі a Malcolm y, de nuevo, a Chris—. Imagino que un poco de competiciГіn es buena para ti.
Chris respirГі muy profundamente, los pulmones le dolieron al hacerlo.
—¿Competición? —balbuceó—. ¿Qué quiere decir?
Pero estaba claro que el Coronel CaГn habГa tenido una idea.
—Malcolm me estaba hablando de vuestra última misión. Se ha ofrecido voluntario para ir contigo a la próxima. Iba a decirle que no. Pero ahora que he visto lo rápido que puedes ser para derrotar a un contrincante, he decidido mandarlo a él también.
—¡No! —gritГі Chris. Lo Гєltimo que querГa era que Malcolm le robara su prestigio, le quitara el protagonismo—. Yo soy el Гєnico en el que la SeГ±orita Obsidiana confГa para esto. Malcolm ya ha fracasado. Me toca liderar a mГ.
Pero el coronel no estaba escuchando. HabГa ido hacia un lateral del campo donde habГa dispuesto equipamiento de pelea y guantes de boxeo. CogiГі un par de guantes rojos.
—Toma —dijo, ofreciГ©ndoselos a Chris. Le pasГі otro par a Malcolm—. Veamos cГіmo os batГs en duelo.
Chris no podГa creerlo. ВЎSe suponГa que este era su momento para brillar! Ahora Malcolm se habГa abierto camino a empujones. La rata estГєpida habГa sido la mitad del problema en la Гєltima misiГіn. ВЎLlevГЎrselo a esta era una idea horrible! TendrГa que dejarlo inconsciente y causarle una conmociГіn tan grande que no hubiera modo de que pudiera venir.
Fulminando con la mirada a Malcolm, se fijГі los guantes. La frГa lluvia caГa con fuerza pero Г©l ya no la sentГa. Toda su atenciГіn estaba en Malcolm. En darle una buena paliza.
Malcolm se puso los guantes y chocГі sus puГ±os de una forma amenazadora. Hizo su horrible sonrisa de comadreja. Chris estrechГі aГєn mГЎs los ojos.
—El Гєltimo que quede de pie —anunciГі el Coronel CaГn—. ВЎVamos!
Malcolm no perdiГі el tiempo. Fue a toda velocidad hacia Chris como si hubiera estado esperando esta oportunidad toda su vida.
Chris adoptГі su posiciГіn de defensa. PodГa utilizar el arrebato de Malcolm contra Г©l. El chico estaba lleno de rabia, no pensaba. Lo Гєnico que tenГa que hacer Chris era agotarlo antes de darle un golpe certero.
Malcolm lanzГі un puГ±etazo. Chris alzГі los brazos y lo bloqueГі fГЎcilmente. Este habГa sido un primer intento chapucero.
Malcolm lo intentГі de nuevo, probando con un gancho de izquierda. Pero Chris ya lo habГa previsto. Lo volviГі a parar. Esta vez, contraatacГі con un golpe en el lado descubierto de Malcolm.
—¡Uff! —susurró Malcolm mientras se tambaleaba.
El barro era resbaladizo y tropezГі. Chris se dio cuenta enseguida de que allГ tenГa una oportunidad. HabГa estado entrenando durante horas sobre el barro resbaladizo y se mantenГa mГЎs estable de pie, pero Malcolm no y apenas podГa mantenerse.
Chris sabГa que debГa aprovechar este momento en el que Malcolm habГa bajado su defensa.
Dio dos grandes pasos hacia delante y se concentrГі en el hombro descubierto de Malcolm y, a continuaciГіn, puso todo el peso de su cuerpo en estrellar su puГ±o derecho contra Г©l.
Pero Malcolm de repente se irguiГі y se agachГі en el Гєltimo instante. En lugar de darle una paliza en el hombro, la mano de Chris pasГі rГЎpidamente por delante de Г©l, llevГЎndose todo el cuerpo con ella.
Se tambaleГі. HabГa cometido un gran error. Un error de cГЎlculo.
Un fuerte golpe repentino le impactГі detrГЎs de la oreja derecha. El dolor creciГі rГЎpidamente hacia la mandГbula, el cuello y la mejilla. Las orejas empezaron a zumbarle.
Desorientado, Chris dio una vuelta, intentando echarle el ojo a Malcolm. Pero Malcolm debГa de haberse puesto a toda prisa detrГЎs de Г©l, pues lo Гєnico que pudo ver Chris era el campo embarrado y la lluvia torrencial.
Se le metГan las gotas en los ojos, lo que dificultaba mГЎs la visiГіn. Entonces sintiГі que otro horrible golpe le impactaba detrГЎs de la cabeza. Este fue tan fuerte que le repiquetearon los dientes. Unas estrellas negras bailaban en sus ojos.
EmpezГі a intentar golpear, intentando encontrar a Malcolm desesperadamente, para intentar acertar con cualquiera de sus golpes. Pero fallaba. Solo estaba sacudiendo brazos y piernas. La vergГјenza se apoderГі de Г©l.
LlegГі un tercer golpe. Este le alcanzГі en la garganta. El dolor fue tan horrible que Chris sintiГі que los ojos se le llenaban de lГЎgrimas.
Respirando entrecortadamente, cayГі de rodillas sobre el suelo empapado. DespuГ©s se desplomГі hacia el lado, sin poder ya sostener su cuerpo, que estaba debilitado por una tos angustiosa. Su cara impactГі contra el suelo. Mientras jadeaba, probГі el sabor del barro.
Los pies de Malcolm aparecieron a su lado. Cuando alzГі la mirada hacia su silueta enmarcada por gotas de agua, el chico sonriГі diabГіlicamente.
DespuГ©s el Coronel CaГn dio un paso adelante y mirГі hacia abajo a Chris.
—Sà —dijo el Coronel CaГn, asintiendo con la cabeza—. Creo que vosotros dos harГ©is un buen equipo.
CAPГЌTULO CINCO
Oliver notГі la extraГ±a sensaciГіn de que tiraban de su cuerpo al cruzar el portal. No importaba cuГЎntos portales atravesara, nunca se acostumbrarГa a esa sensaciГіn. ParecГa que le separaran los ГЎtomos y se los volvieran a juntar.
Las parpadeantes luces lilas del portal pasaban zumbando por delante de Г©l, con un brillo cegador, que aumentaba su malestar general. Notaba que las nГЎuseas le revolvГan el estГіmago.
Oliver no podГa evitar sentir lГЎstima por sus amigos. Ni Walter ni Hazel habГan viajado jamГЎs a travГ©s de un portal y este era particularmente salvaje, especialmente teniendo en cuenta que no habГa ninguna garantГa de que consiguieran llegar al otro lado. Solo podГa rezar para que fuera capaz de llevarlos a salvo a su destino deseado. Pero si sus intenciones no habГan sido lo suficientemente puras, todos serГan expulsados al espacio. Contemplar ese pensamiento era demasiado horroroso.
DespuГ©s de lo que parecieron horas, Oliver oyГі un extraГ±o ruido de succiГіn, como agua escurriГ©ndose por un desagГјe. A continuaciГіn, con un pum como cuando explota un globo, todas las luces intermitentes y las sensaciones de tirГіn desaparecieron.
Oliver sintiГі que volaba por los aires como si lo lanzaran con una catapulta. Fue a parar al suelo violentamente y se quejГі de dolor.
Por detrГЎs de Г©l se oyeron tres claros golpes secos y Oliver supo que era el ruido de cada uno de sus compaГ±eros al ir a parar al suelo.
MirГі hacia atrГЎs. Todos parecГan aturdidos y desaliГ±ados. A David se le habГa deshecho la cola durante el viaje y el moГ±o de Hazel se veГa revuelto y torcido. Una vez mГЎs, Walter era el que menos se habГa inmutado. Se levantГі de un salto y lanzГі un puГ±o al aire.
—¡Ha sido genial!
Oliver se puso de pie con dificultad rГЎpidamente.
—¡Chss! —dijo, corriendo hacia Walter—. No sabemos dónde estamos. ¡No llamemos mucho la atención!
LlegГі a Walter a la vez que Hazel y David.
—Lo que lleva a la pregunta —dijo Hazel—. ¿Dónde estamos?
Todos empezaron a mirar alrededor. Estaban rodeados de una serie de edificios que parecГan estar en diferentes estados de abandono. Era evidente que en algГєn momento habГan sido iglesias extremadamente decoradas y extravagantes, con escalones de piedra, altas columnas blancas y tejados abovedados, pero algo las habГa deteriorado. ВїEl tiempo? ВїLa guerra? Incluso parecГa posible que se hubieran llevado los materiales de los edificios. En general, parecГa que todo estaba a punto de derrumbarse.
Las calles tambiГ©n estaban sucias. El ganado salvaje deambulaba por ahГ, dejando caer excrementos a su paso y algunos zorros entraban y salГan a toda prisa de las iglesias.
Oliver se estremeciГі.
—Algún lugar de Europa. Pero dónde y cuándo exactamente, no tengo ni idea. Vamos a buscar pistas.
Empezaron a pasear por las calles. No habГa ningГєn coche, pero sГ un montГіn de estiГ©rcol de caballo, lo que les ayudГі a restringir la Г©poca a antes de la invenciГіn del automГіvil. HabГa muy poca gente desperdigada por ahГ, principalmente mendigos, lo que hacГa que el lugar pareciera un poco una ciudad fantasma.
—Me da la sensación de que la población debe de haberse reducido hace poco —dijo Hazel—. Parece que hay demasiada poca gente para todos estos edificios.
—AsГ que quizГЎs estemos en algГєn tipo de ciudad antigua que ha perdido a su gente por alguna razГіn —sugiriГі Oliver—. Eso explicarГa por quГ© los edificios parecen tan deteriorados.
—¡Mirad allГ! —dijo Hazel, seГ±alando hacia una zona rectangular rodeada por unos grandes edificios que parecГan importantes—. Eso parece un foro romano. Solo que estГЎ lleno de ganado y mercados —TenГa los ojos muy abiertos por la emociГіn—. Creo que podrГamos estar en Roma. Justo en el umbral del Renacimiento.
—¿De qué? —preguntó Walter.
—El momento en el que Europa marca la transiciГіn de la Edad Media a la Г©poca moderna —respondiГі con entusiasmo—. Cuando prosperaron el arte, la arquitectura y la filosofГa. ВїNo te suena la era de los descubrimientos?
A Walter se le escapГі una risa burlona.
—Eres una empollona.
Pero Hazel estaba en racha. IgnorГі por completo a Walter y parecГa cada vez mГЎs emocionada.
—Por eso estГЎn cayendo todos los edificios. En el siglo catorce, la economГa se desplomГі a causa de la guerra y la plaga ademГЎs de la hambruna por una pequeГ±a edad de hielo. La poblaciГіn se redujo entre un veinticinco y un cincuenta por ciento.
—Asà que esto debe ser principios del siglo dieciséis —respondió Oliver.
—Creo que sà —dijo Hazel asintiendo.
Justo entonces, pasaron dos mujeres charlando por delante de ellos. Oliver no entendГa el idioma. Pero David estaba escuchando con atenciГіn, como sГ Г©l tal vez lo entendiera.
Oliver mirГі a David con las cejas levantadas con esperanza.
—¿Y bien? ¿Las entendiste?
David asintiГі lentamente.
—SГ. Yo hablo varios idiomas. QuizГЎs esta sea otra razГіn por la que me enviГі el Profesor Amatista.
—¿Y? —preguntó Oliver—. ¿Tenemos razón? ¿Estamos en Italia?
David asintiГі.
—Estamos en Italia.
Oliver no pudo evitar exclamar:
—¡Italia!
Hazel tambiГ©n parecГa completamente fascinada por donde habГan ido a parar.
—¡Roma! ¡Durante el Renacimiento!
Walter giraba y estiraba la cabeza para internalizar la visiГіn de las altas iglesias derruidas.
—Me alegro de que estéis tan contentos con el sitio al que hemos ido a parar. Yo estoy contento de que no estemos muertos.
—Entonces, el portal nos llevГі a la Italia del siglo diecisГ©is —dijo Hazel, que todavГa parecГa impresionada a pesar de su intento por volver al trabajo—. ВїPor quГ© iba a estar la cura para Ester precisamente aquГ?
Al mencionar el nombre de Ester, a Oliver le dio un vuelco el estГіmago. No habГa tiempo para quedarse embelesado con el entorno, para sorprenderse por haber llegado a la Italia del siglo diecisГ©is, pues cada segundo que pasaba era un segundo desperdiciado.
—Tenemos que averiguar dónde vamos a ir ahora —dijo apresuradamente.
Oliver sacГі su brГєjula. Pero, para su sorpresa, mientras la manecilla de oro principal seГ±alaba a un vial -que seguramente representaba la medicina- todas las demГЎs manecillas mГЎs pequeГ±as seГ±alaban al mismo sГmbolo. No les daba ninguna otra pista.
Oliver dejГі caer los hombros. Se sentГa derrotado.
—Es… Esto no funciona —tartamudeó, con gesto de impotencia.
—¿Y ahora qué? ¡Estaban en Roma durante el Renacimiento sin tener ni idea de adónde ir o qué hacer a continuación! Cada momento que estaban allà vacilando era otro momento en el que Ester iba hacia la muerte.
—Ehhh… Oliver… —dijo David con voz de alarma.
Oliver apartГі la mirada de su brГєjula inГєtil. Para su sorpresa, un niГ±o venГa corriendo hacia ellos. ParecГa desesperadamente preocupado.
Oliver sintiГі que el terror crecГa en su interior. ВїQuiГ©n era el chico y por quГ© se dirigГa hacia ellos de esa manera, con una mirada de pura ansiedad?
LlegГі corriendo hasta ellos y empezГі a hablar en italiano de manera urgente y rГЎpida. Oliver mirГі a Oliver y Hazel, que parecГan igual de perdidos que lo que estaba Г©l, con gesto de impotencia.
David tomГі la iniciativa. Dio un paso adelante y asentГa mientras el chico hablaba.
Cuando el chico de piel tostada por fin terminГі, David mirГі por encima del hombro a Oliver.
—Es un vidente —dijo.
Oliver arrugГі las cejas.
—¿Un vidente? ¿Cómo nos encontró?
—Dice que cuando activamos el portal, este mandó una luz de alarma a su escuela. Dice que debemos seguirle. Estar aquà es demasiado peligroso.
—Pero ¿por qué? —preguntó Hazel—. ¿Qué tiene de peligroso estar inocentemente en las calles?
—Quieres decir aparte del ganado que deambula y de los mendigos —bromeó Walter.
David le tradujo su pregunta al chico. Este negГі con la cabeza, parecГa estar cada vez mГЎs exasperado. Hablaba de un modo rГЎpido y exagerado, moviendo los brazos de forma melodramГЎtica.
—¿Y bien? —preguntó Oliver, cada vez más nervioso a cada segundo que pasaba.
—La luz —dijo David con la voz entrecortada, transmitiendo el mensaje a los demás. Clavó su mirada en Oliver, cuya expresión ahora era de profunda preocupación—. No solo manda una señal de alarma a la escuela. Todos los videntes pueden captarla.
Hazel soltГі un grito ahogado.
—Te refieres a…
—Los canallas —terminГі David por ella—. Les hemos mandado una seГ±al de que estamos aquГ.
Oliver sintiГі que el calor desaparecГa de su cara. Por fin entendГa por quГ© el chico vidente italiano estaba tan frenГ©tico. ВЎPrГЎcticamente, habГan mandado una seГ±al para que viniera cualquier vidente canalla a complicar la historia!
—¡RГЎpido! —les dijo Oliver a sus amigos—. Salgamos de aquГ.
Hazel le cogiГі del brazo.
—¿Estás seguro de que podemos fiarnos de este chico?
—Se arriesgó mucho solo para venir a buscarnos aquà —dijo Walter.
Pero Oliver no estaba tan seguro.
—David, ¿puedes preguntarle más sobre él? ¿Y enterarte de si existe alguna manera de probar lo que nos está diciendo? —preguntó.
David girГі la vista hacia el chico y le preguntГі algo en italiano.
—Se llama Gianni —les transmitió a los demás—. Dice que puede demostrar que es de confianza.
El chico, Gianni, dio un paso adelante y se sacГі una llave de bronce del bolsillo. Se la pasГі a Oliver y la apretГі contra su mano.
PreguntГЎndose por quГ© parecГa que Gianni querГa que la tuviera Г©l, Oliver cogiГі la llave, con el ceГ±o fruncido y la girГі en sus manos. Entonces lo comprendiГі.
En la parte de atrГЎs habГa un sГmbolo conocido. Un anillo con tres ojos separados uniformemente. El sГmbolo de la Escuela de Videntes.
Oliver sintiГі que se formaba una sonrisa en sus labios. Aquel sГmbolo le hacГa sentir como en casa.
Se lo mostrГі a los demГЎs. Walter asintiГі, satisfecho, pero Hazel cruzГі los brazos.
—TodavГa no lo sГ© —dijo.
Su escepticismo le recordaba a Oliver cГіmo Г©l se habГa sentido respecto a David. Pero David habГa demostrado su valГa en el portal y ahora confiaba plenamente en David. Su guardaespaldas no los conducirГa al peligro.
—Si David dice que podemos fiarnos de Gianni, entonces creo que podemos confiar en él —le dijo.
Una mirada de orgullo apareciГі en la cara de David.
—Te lo prometo, Hazel. Gianni es exactamente quien dice ser. Un vidente. Un amigo al que han mandado a buscarnos.
Hazel se mordiГі el labio como si reflexionara. Pero, finalmente, asintiГі.
—Supongo que, estadГsticamente hablando, es mГЎs probable que nos pillen los videntes canallas si nos quedamos aquГ que si vamos con Г©l. Contad conmigo.
Walter girГі los ojos.
—¡Confiemos en la decisiГіn que ha tomado Hazel basada en estadГsticas!
Guiados por Gianni, el chico vidente de la era del Renacimiento en Roma, los amigos empezaron a correr.
CAPГЌTULO SEIS
La SeГ±orita Obsidiana estaba sentada en su despacho, mirando fijamente el cuenco de las visiones. Lo habГa estado vigilando de cerca casi de manera constante, ignorando todas las seГ±ales de fatiga que habГa en su interior que le pedГan que durmiera, todas las seГ±ales de hambre que le decГan que comiera. Nada era mГЎs importante para ella que encontrar a Oliver Blue y destruirlo de una vez por todas.
Pero el agotamiento ya era difГcil de combatir. HabГa perdido la cuenta de los dГas. ВїDos? ВїPosiblemente tres? Su vida se habГa convertido en mirar fijamente y de manera obsesiva dentro del cuenco de las visiones, escuchando los gritos constantes del Coronel CaГn desde fuera de su ventana mientras entrenaba a Christopher Blue en las artes oscuras.
El pensamiento dibujГі una retorcida sonrisa en sus labios. Esta vez no habГa ninguna posibilidad de fracaso. Christopher tenГa la magia mГЎs peligrosa en su interior. Junto con el mejor entrenamiento que podГa ofrecer el ejГ©rcito oscuro y el incomparable deseo asesino de Chris por matar a Oliver, esta vez lo lograrГan.
Solo deseaba que su topo se diera prisa. ВїDe quГ© servГa colar a un espГa en la Escuela de Videntes de Amatista, para tender una trampa que atrajera a Oliver, si le iba a llevar mucho tiempo llevar a cabo el plan?
Puede que tuviera que hacer aparecer otro, uno que acelerara un poco las cosas. QuizГЎ pudiera encontrar a alguien a quien manipular dentro de la escuela. AГ±adir algo de viaje en el tiempo por diversiГіn. De hecho, cuanto mГЎs pensaba en ello, mГЎs cuenta se daba de lo divertido que serГa. TenГa que haber un estudiante dentro de la Escuela de Videntes que se sintiera insatisfecho. Moldear una joven mente influenciable –tal como habГa hecho con Malcolm Malice, y ahora con Christopher Blue- era una de las cosas que mГЎs le gustaba hacer.
SГ, embaucarГa a uno de los estudiantes para que obedeciera sus Гіrdenes.
En cuanto hubo decidido su nuevo plan, algo parpadeГі en su cuenco de las visiones.
La SeГ±orita Obsidiana se alzГі de golpe, con la espalda erguida y se inclinГі mГЎs hacia el cuenco. A travГ©s de las oscuras nubes de tormenta que le habГan tapado la visiГіn durante dГas, ahora veГa una resplandeciente luz lila que giraba.
Enseguida supo lo que estaba mirando. Era un portal. Oliver Blue estaba en marcha.
La emociГіn chisporroteaba por sus venas. ObservГі atentamente mientras la imagen se volvГa aГєn mГЎs clara. Entonces el corazГіn le dio un vuelco en el pecho.
ВЎAllГ estaba! ВЎOliver Blue!
Estaba en una calle muy ornamentada. La SeГ±orita Obsidiana frunciГі el ceГ±o, intentando identifica la arquitectura.
—¿Roma? —murmuró en voz baja—. ¿Siglo dieciséis?
ContinuГі observando, las nГЎuseas daban vueltas en la boca de su estГіmago, mientras Oliver y sus molestos amiguitos se acercaban. Entonces vio a otro chico que los llevaba a toda prisa por las calles.
El grupo llegГі a una pared de ladrillos y el chico presionГі una serie de ladrillos. La pared se abriГі.
La SeГ±orita Obsidiana supo lo que estaba sucediendo de inmediato. ВЎEl otro chico era un vidente de la ciudad que llevaba a Oliver Blue a su escuela para que estuviera a salvo! ВЎEn el instante en el que se metieron dentro, ya no pudo verlo mГЎs!
La frustraciГіn la venciГі. Dio un golpe con los puГ±os sobre la mesa cuando la rabia se apoderГі de ella. De su pecho saliГі un gruГ±ido de rabia.
—¡No importa donde vaya, ese mocoso siempre consigue ayuda! —gritó furiosa.
Echando humo, se dirigiГі hacia la ventana y se agarrГі al alfГ©izar. No soportarГa otros tres dГas mirando fijamente dentro del cuenco de las visiones. HabГa visto lo suficiente como para averiguar que Oliver Blue estaba en Roma en el siglo diecisГ©is. Ya tenГa ventaja. Y ayuda. No habГa tiempo que perder.
AbriГі la ventana de golpe, ignorando la lluvia torrencial que le caГa encima.
—¡Es la hora! —vociferó hacia el cielo oscuro.
Su voz, magnificada, resonГі en la noche como una campana descascarillada.
VolviГі a la mesa hecha una furia y se dejГі caer en su trono. Un instante despuГ©s, oyГі que se abrГa la puerta. Entraron el Coronel CaГn, Christopher Blue y Malcolm Malice, en respuesta a su llamada. ParecГan ratas ahogadas, cubiertas de barro, tenГan las mejillas muy rojas por el esfuerzo excesivo. Era satisfactorio verlos de ese modo.
—Sentaos —les dijo de forma brusca a todos.
Ellos hicieron lo que les ordenГі. Lo que mГЎs le gustaba a la SeГ±orita Obsidiana era la obediencia absoluta.
—He localizado a Oliver Blue —anunció—. No hay tiempo que perder. Debéis viajar hacia él de inmediato.
Christopher puso cara de espanto.
—Pero yo he estado entrenando desde el amanecer. Es casi medianoche. Estoy agotado.
La SeГ±orita Obsidiana sintiГі que el enfado chisporroteaba en su interior. Estos estudiantes eran muy quejicas siempre. Ella les daba la mejor educaciГіn, los poderes mГЎs oscuros, todas las oportunidades para prosperar y poder apoderarse del universo, y lo Гєnico que hacГan era quejarse.
—He estado aquГ sentada durante tres dГas esperando esta seГ±al —le dijo la SeГ±orita Obsidiana—. Cuando tГє hayas hecho lo mismo, entonces podrГЎs hablarme de estar cansado.
Hizo una pausa. PensГЎndolo mejor, quizГЎ Christopher tenГa razГіn. Mandar a dos videntes cansados para esta tarea era una pГ©rdida de tiempo. NecesitarГan ayuda, al menos hasta que hubieran descansado y hubieran renovado sus fuerzas.
—Cada uno de vosotros puede llevarse a alguien con él —dijo—. Vigilantes que se preocupen de cuándo necesitáis dormir. Pero debéis decidiros rápidamente. ¿A quién os llevaréis?
—A Natasha Armstrong —dijo Malcolm sin perder un segundo.
—Buena elecciГіn —respondiГі la SeГ±orita Obsidiana. Natasha era una de las alumnas que asistГa a sus clases para los dotados y los que tenГan talento. SerГa una buena incorporaciГіn a la misiГіn—. ВїChristopher?
Chris se habГa quedado sin palabras.
—Yo no conozco a nadie. Nunca he tenido la oportunidad de hacer amigos aquГ.
—Entonces llévate a alguien que conocieras en tu última misión —le dijo impaciente la Señorita Obsidiana, intentando meterle prisa—. Quien sintieras que más te ayudó.
—Madeleine —dijo Christopher, encogiendo los hombros.
La SeГ±orita Obsidiana se mofГі.
—¿Madeleine? La pelo de zanahoria a quien le cerrГ© la boca con cremallera el otro dГa? Muy bien. Es tu decisiГіn.
AccediГі a sus poderes de vidente, buscando en su interior el arranque de energГa que necesitaba para mover ГЎtomos. ConocГa todos los rincones y recovecos de su adorada escuela y para su mente era fГЎcil captar los lugares exactos done Madeleine y Natasha estaban durmiendo. SerГa un despertar muy brusco para ellas.
Usando su esplГ©ndido talento, la SeГ±orita Obsidiana agarrГі sus ГЎtomos, los moviГі y tirГі de ellos hasta su despacho. Los recolocГі de nuevo hasta que las dos chicas se materializaron delante de ella.
Ambas parpadeaban, parecГan sobresaltadas, se sonrojaron al darse cuenta de que estaban en camisГіn en pleno despacho de la directora.
—Madeleine. Natasha —anunciГі la SeГ±orita Obsidiana—, hoy es vuestro dГa de suerte. Hoy vais a ir a una misiГіn muy importante, una que tendrГЎ como consecuencia la aniquilaciГіn de Amatista de una vez por todas. Hoy vais a ir a Roma. Hoy matarГ©is a Oliver Blue.
CAPГЌTULO SIETE
Gianni, el vidente italiano, guiaba a los cuatro amigos a travГ©s de la pared de ladrillos encantada. Cuando aparecieron al otro lado a travГ©s del velo, Oliver soltГі un grito ahogado al ver lo que les aguardaba.
Nunca habГa visto nada parecido. La versiГіn italiana de la Escuela de Videntes era el lugar con el aspecto mГЎs extravagante que habГa visto. Al contrario que la escuela de la Hermana Judith en Inglaterra, que tenГa el ambiente de un monasterio, y su propia escuela en los EE. UU., que a veces daba la sensaciГіn de ser una nave espacial futurista, esta tenГa el ambiente de un palacio real. De alguna manera esperaba ver a un rey entrando a sus anchas por las enormes puertas, o a una fila de mГєsicos con corneta para anunciar su llegada.
—Por aquà —dijo David, informándoles de lo que Gianni estaba diciendo.
Entraron a toda prisa dentro de la enorme escuela. AquГ, la opulencia no hacГa mГЎs que aumentar. HabГa columnas de mГЎrmol y estatuas por todas partes, por no hablar del techo abovedado y pintado con gran detalle. Esto hizo pensar a Oliver en los artistas de la Г©poca Renacentista, como da Vinci y especialmente Miguel ГЃngel, que pintaban enormes murales en los techos de edificios religiosos. Se preguntaba si algunos habГan visitado la escuela.
Mientras iban a toda prisa por los pasillos, Oliver sintiГі que una extraГ±a sensaciГіn de dГ©jГ vu se apoderaba de Г©l. No podГa entenderlo, pero le daba la sensaciГіn de que Г©l ya habГa estado allГ.
—¿Estás bien? —preguntó Hazel.
Oliver asintiГі.
—He tenido una sensaciГіn extraГ±a, eso es todo. Como si yo ya hubiera estado aquГ.
Entre las cejas de Hazel apareciГі un ceГ±o fruncido.
—Tal vez has estado. Otro tГє, quiero decir. De una lГnea temporal diferente.
Oliver reflexionГі sobre sus palabras. Evidentemente, era posible que una versiГіn diferente de sГ mismo hubiera estado antes en este lugar, pero esto no justificaba la extraГ±a sensaciГіn de familiaridad que estaba teniendo Oliver. Cualquier Oliver diferente de una lГnea temporal diferente tendrГa recuerdos diferentes. No habГa manera de que Г©l pudiera acceder a ellos.
Era un completo misterio. Y aun asГ, a cada paso que daba, mГЎs tenГa la sensaciГіn de que Г©l ya habГa hecho este camino.
Oliver se sacudiГі los pensamientos de la cabeza. Era imposible. DebГa de haber estado pensando en un libro de historia que habГa leГdo o en un documental que habГa visto. Tal vez estaba recordando un sueГ±o. En cualquier caso, no tenГa tiempo que perder pensando en ello. TenГa que concentrarse en Ester, en encontrar el Elixir para salvarle la vida.
Gianni los llevГі hasta una gran puerta barnizada y la golpeteГі con los nudillos. GirГі la cabeza y le dijo algo a David. David pasГі el mensaje en inglГ©s a los demГЎs.
—Esta es la oficina de la directora.
Oliver tragГі saliva. No podГa evitar sentirse nervioso cada vez que conocГa a otro vidente poderoso y venerado. Respetaba al Profesor Amatista mГЎs que a nadie en el universo y conocer a sus homГіlogos a lo largo de la historia siempre era una experiencia aleccionadora y estresante.
Gianni abriГі la puerta y los hizo pasar dentro del despacho. Era enorme, parecГa mГЎs el salГіn de baile de un palacio que el despacho de la directora. HabГa cuadros grandes con marcos de oro por todas las paredes de color verde oscuro y una enorme chimenea de mГЎrmol. Del techo colgaban unos candelabros y el olor a almendras cortaba el aire.
Cuando se adentraron mГЎs, Oliver vio un gran escritorio, detrГЎs del cual estaba sentada una mujer de aspecto sumamente elegante. Aunque era mayor, era extremadamente glamurosa y en su mirada habГa una energГa juvenil. TenГa la misma piel color oliva y los mismos ojos oscuros que Gianni. Sobre un hombro caГa el pelo largo y negro en ondas de forma sensual.
—¿Oliver Blue? —preguntГі, con voz suave y rГtmica, en un marcado acento italiano.
—Sà —tartamudeó él, un poco abrumado por su fuerte presencia.
—Por favor. Sentaos —Señaló con la mano una fila de sillas y sonrió, sus dientes eran blancas, su sonrisa seductora—. Todos.
Oliver se sentГa desconcertado por todo, pero hizo lo que le dijeron. Sus amigos se sentaron junto a Г©l en solidaridad.
—Soy la directora de la Escuela de Videntes de Roma —anunció la mujer—. Lucia Moretti. En primer lugar, dejad que os dé la bienvenida.
—Gracias —tartamudeГі Oliver. Se sentГa un poco aturdido en presencia de una mujer tan elegantemente poderosa.
La directora continuГі:
—Entiendo que pudiste activar el antiguo portal que se decГa que lleva al Elixir. Debo decir que me sorprende bastante que te llevara hasta aquà —HabГa un destello de emociГіn en su mirada—. Y pensar que la clave para encontrar el Elixir has estado todo el tiempo en el umbral de mi puerta —SonriГі a Oliver—. No me sorprende que despuГ©s de todos estos siglos, fueras tГє de entre todos el que consiguiera activar el portal, Oliver Blue.
Oliver frunciГі el ceГ±o, confundido. ВїQuГ© significa eso?
—No lo entiendo —dijo—. ¿A qué se refiere con “de entre todos”?
—¡Pues que tú eres el hijo de Margaret Oliver y Theodore Blue! —exclamó—. ¿No es as�
Al oГr el nombre de sus padres, Oliver sintiГі que su corazГіn empezaba a latir con fuerza. Walter y Hazel dieron un tirГіn visiblemente en sus asientos. Como dos de los amigos mГЎs cercanos de Oliver, sabГan a la perfecciГіn que Г©l habГa estado buscando a sus padres desesperadamente.
—¿Conoce a mis padres? —preguntГі Oliver, con una voz que parecГa sin aliento por la conmociГіn.
—Por supuesto que sà —respondió la directora. Esta frunció un poco el ceño—. Son bastante famosos por esta zona. Pero tú ya lo sabes todo.
—En realidad no —se apresuró a decir Oliver—. Mis padres me dieron en adopción. No sé nada de ellos —Ahora aceleró la voz, como si intentara ir a toda prisa con la conversación para llegar más rápido a la conclusión—. ¿Están aqu� ¿En Roma? ¿Sabe dónde puedo encontrarlos?
Lucia Moretti puso cara de decepciГіn.
—Lo siento. Creo que he hablado cuando no debГa.
—Para nada —respondió Oliver rápidamente—. Por favor, cuénteme lo que sabe. No tengo nada para continuar. Solo sus nombres y que estudiaron en Harvard. Ah, y un cuaderno que era de mi padre.
La directora levantГі lentamente las cejas hacia la frente.
—¿Un cuaderno? —preguntó—. ¿Puedo verlo?
—Por supuesto —Oliver cogiГі el cuaderno de Hazel, que lo tenГa guardado en su mochila y se lo pasГі rГЎpidamente. Si sabГa algo de sus padres, Г©l querГa saberlo.
La SeГ±orita Moretti hojeГі el libro.
—Oliver, ¿sabes qué es esto?
Г‰l negГі con la cabeza.
—Es una fórmula —le dijo—. Una fórmula para el Elixir.
Oliver soltГі un grito ahogado.
—¡¿Cómo?! ¿Quiere decir que el remedio ha estado siempre conmigo?
—Espera. RelГЎjate —dijo—. No te precipites. Lo que quiero decir es que esto es un intento por crear la fГіrmula del Elixir. Tus padres eran humanos, Oliver. Esto lo sabes, Вїverdad? Ellos no tenГan poderes de vidente. Por lo tanto, los viajes en el tiempo no estaban en absoluto disponibles para ellos. Pero se movГan en cГrculos de videntes. QuerГan experimentar lo que los videntes podГan experimentar. AquГ estГЎ la prueba de que tu padre trataba de crear su propio Elixir. Con Г©l, podrГa viajar en el tiempo, a travГ©s de lГneas temporales y mundos paralelos alternativos. Pero estГЎ incompleto. No lo logrГі.
Un montГіn de emociones luchaban en el interior de Oliver. No podГa absorber toda la informaciГіn que le acababan de dar. Pensar que sus mortales padres habГan estado intentando desentraГ±ar los secretos del viaje en el tiempo se le hacГa raro. ВїPara quГ© querrГan poder viajar en el tiempo? Los videntes viajaban en el tiempo para cumplir el destino del universo, para proteger las lГneas temporales que estaban bajo su control, para enmendar el trabajo de los videntes canallas que intentaban crear el caos. Pero los humanos no tenГan ninguna necesidad de viajar en el tiempo. Para un vidente era muy peligroso, Вїy para un humano? Sin duda alguna era un suicidio.
No sabГa si sentirse o no aliviado de que la fГіrmula de su padre estuviera incompleta. Si Teddy Blue hubiera logrado crear el Elixir, hubiera podido salvar la vida de Ester. Pero al no haberlo hecho, ВїquizГЎs esto mismo habГa salvado la vida de su padre?
La SeГ±orita Moretti cerrГі de golpe el cuaderno.
—Oliver, sabes que nada pasa por casualidad. El portal te trajo hasta aquГ por alguna razГіn, porque de algГєn modo este es el lugar en el que se descubrirГЎ el Elixir. Creo que este cuaderno es el primer paso. El segundo paso proviene de mГ.
Oliver frunciГі el ceГ±o con curiosidad.
—¿A qué se refiere?
—Yo soy matemática, Oliver —dijo la Señorita Moretti—. La mejor mente que el universo haya conocido jamás. Tengo una mente a la que solo puede ganar la de Einstein —Repiqueteó los dedos encima de la mesa y sus ojos brillaron por la emoción—. Necesitas mi instrucción. Necesitas mi conocimiento. Si te preparo, juntos podremos completar la fórmula.
—Pero yo no tengo tiempo —dijo Oliver—. No estoy intentando encontrar el Elixir para desentraГ±ar el viaje en el tiempo, ВЎlo estoy haciendo porque el Profesor Amatista me dijo que esto es lo Гєnico que puede salvar a mi amiga de la enfermedad del viaje en el tiempo! Mi amiga estГЎ cerca de la muerte —Su voz se rompiГі cuando apareciГі una imagen de Ester en su imaginaciГіn. Por instinto, agarrГі con fuerza el amuleto—. No tengo tiempo para prepararme aquГ.
La directora hizo una pausa. InclinГі la cabeza hacia un lado y observГі a Oliver por un instante.
—Ya veo.
ParecГa decepcionada porque Oliver no habГa aceptado su oferta de formarlo aquГ. Г‰l no pretendГa insultarla. En otro momento y lugar, hubiera aceptado sin dudar la oportunidad de formarse en la Escuela de Videntes de Roma, para aprender toda la genialidad matemГЎtica que poseГa la SeГ±orita Moretti. Pero no tenГa tiempo.
Hazel no paraba de pasarse ansiosamente las manos por el regazo. MirГі a Oliver con gesto nervioso
—Pero Вїno es esta nuestra Гєnica oportunidad? —preguntó—. El Elixir no se ha creado nunca. El portal nos trajo hasta aquГ porque era aquГ donde podГamos encontrar todas las piezas del rompecabezas necesarias para crearlo. La mente de la SeГ±orita Moretti sin duda es parte de ese rompecabezas.
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